—¿Cómo evalúa esta experiencia en el Atlético San Francisco de Macorís?
—Ha sido muy positiva, la experiencia más fuerte en los cinco años que he entrenado en Dominicana. Había mucha presión. El equipo venía de ser subcampeón el año pasado, pero este año estaba en las últimas posiciones y el objetivo era salvar la categoría. El equipo prácticamente se deshizo el año pasado y cambió completamente. Nos costó mucho, pero la unión de todos hizo que salváramos la categoría.
—Tenía una opción contractual para seguir por una temporada más. ¿Se ejercerá?
—Tengo la opción de seguir, pero ahora mismo es bastante difícil. Creo que es un momento muy bueno para pensar en otros proyectos. No sé si seguir en la liga profesional o dar un cambio. Es mucha presión la que se maneja en los partidos aunque de lejos no parezca lo mismo. La presión es fuerte por toda la apuesta que hay encima de la mesa con cada club, que pone mucho dinero. Eso sí, hasta ahora, no me puedo quedar porque todo ha salido a pedir de boca desde que llegué.
—Parece que está haciendo carrera ahí. ¿Se siente reconocido?
—Hay que reconocer que la gente ya sabe quién es Oliver Mendoza en Dominicana y gran parte del Caribe. Si no me equivoco, solamente hay tres entrenadores que están desde el primer año en la liga profesional y yo soy uno de ellos. Esa continuidad hace que el trabajo hable por sí solo. También cuenta saber adaptarse, que no es fácil tampoco.
—¿En qué nivel se encuentra ahora mismo el fútbol dominicano?
—A muy buen nivel. Se ha ganado dos años seguidos la Copa del Caribe, que yo tuve la suerte de hacerlo con el Cibao por primera vez en la historia, y se ha jugado dos veces en la Champions League de la Concacaf. Yo tuve la suerte de hacerlo también este año con el Pantoja. Se juega un fútbol muy vertical, de disputa y fuerza. No es tan táctico. En este caso, yo intento implantar un juego más táctico que el resto. Eso también ha sido un plus para mantenerme cinco años. Trato de hacer algo diferente, porque de lo contrario sería más de lo mismo.
—¿Se ve más tiempo ahí o sus sueños pasan por otros destinos futbolísticos?
—Ahora mismo, tengo la opción de renovar con el San Francisco, pero quizás es hora de mirar otros proyectos. Podría ser uno de formación, que también me gusta mucho, y podría ser en Dominicana. Hay uno muy bonito para empezar desde cero. Sería manejar un club al completo, a nivel de estructuración, de formación deportiva… Me hace ilusión. El fútbol profesional me ha dado mucho dolor de cabeza aunque haya salido bien, porque la presión ha sido muy fuerte.
—A veces se escuchan campanas de que Estados Unidos es una posibilidad futura. ¿Qué hay de cierto?
—Hace unos meses me ofrecieron un equipo de las categorías inferiores del Orlando City. Era una buena opción, pero tenía encima de la mesa la propuesta del Atlético San Francisco. Varios jugadores me pidieron que, por favor, terminara con ellos la temporada y esa confianza tuve que devolverla. Si en enero no me sale este proyecto, que está muy adelantado, igual sería el momento de dar el salto a Estados Unidos.
—¿Es muy distinto el día a día allí en comparación con España?
—Sí, totalmente distinto, pero la adaptación fue siempre fácil. La gente es muy abierta y familiar. Te hace sentir como en casa. Yo estoy muy acostumbrado ya al día a día en el Caribe. Siempre hace muy buen tiempo y la gente está de buen humor. Es difícil ver a alguien molesto.
—¿Echa de menos Ibiza?
—Sí, claro, porque uno se ha criado aquí y tiene los amigos aquí, pero hay que adaptarse a lo que hay. Ahora mismo tengo el camino abierto allí y debo seguir aprovechándolo.
—¿Qué le parece la situación actual del deporte rey en la isla?
—Pasa una situación muy buena con dos equipos en Segunda B y cuatro en Tercera. Tenemos que aprovechar este tirón que hay ahora con el apoyo de empresas de personas como la del presidente de la UD Ibiza, que ha decidido tener aquí su proyecto. Ojalá se pueda mantener mucho tiempo y no vuelva a decaer como aquel Ibiza de Bragantini en Segunda B. Eso era un equipazo que llenaba Can Misses. Tras eso, hubo unos años de sequía de protagonismo en Ibiza. Se ha demostrado que, haciendo las cosas bien, Ibiza puede ser un sitio perfecto para tener un equipo profesional. Estamos en el camino correcto y ojalá sea así por mucho tiempo.
—¿Se ve en las Pitiusas dirigiendo algún equipo?
—Ahora mismo lo veo difícil, porque el camino lo tengo más bien abierto allá. Me gustaría. Sería muy bonito dirigir algo en Ibiza, que es donde me crié. Tengo tanta gente conocida que creo que tendríamos mucho apoyo. Quizá tampoco sea ha dado nunca la oportunidad, pero sería bonito, aunque fuera de asistente en Segunda B. Estoy abierto a aprender y adaptarme a nuevos retos. Me encantaría.
—¿Ve a un equipo pitiuso dando el salto a la Liga de Fútbol Profesional algún día?
—Si todo sigue como debe, sí veo esa posibilidad. Llegará el momento de estar en Segunda. Si no sale este año, no hay que decaer. Ser perseverante te lleva al éxito.
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