Los unionistas se hicieron con el control de la pelota desde el primer minuto. El conjunto interista distó mucho de lo que se esperaba de él. Se agazapó atrás y se dedicó a verlas venir mientras aguardaba alguna posible contra.
Pese al claro dominio local, las ocasiones de gol escasearon. La primera la tuvo la UD Ibiza al filo del cuarto de hora, curiosamente en un contragolpe. Lucas sacó rápido para Morillas, que pasó la pelota a Raí para que éste, ya en el lateral del área contraria, esperase apoyos en la frontal. Ahí aparecieron tanto Morillas como Rodado, quien fue el que acabó lanzando. Desafortunadamente, lo hizo fuera con la zurda.
Poco después, Javi Lara, tras volver loco a su defensor, cambió el juego hacia la derecha, desde donde Raí puso un pase medido para que Rodado, de espuela, rematara a dos metros de la portería. La pelota no acabó viendo portería.
Con los visitantes tan parapetados atrás, Javi Lara, que estaba llevando la batuta del partido, decidió probar fortuna desde lejos. Se sacó un zapatazo desde 20 metros que el portero despejó de puños a un lado.
Con el paso de los minutos, el choque se fue equilibrando. Con todo, Rodado tuvo otra oportunidad tras un servicio de Cirio, pero su control no fue el mejor y acabó disparando en una posición demasiado escorada.
Del Inter no hubo noticias hasta la recta final. Eso sí, dio dos buenos sustos. Primero, Júnior cabeceó junto al palo un centro de Ramos. Can Misses enmudeció por un momento. Acto seguido, un error de Rubén no lo supo aprovechar Aythami, que se precipitó a la hora de disparar y lo hizo con un tiro tan manso que no generó ningún tipo de peligro sobre la portería de Lucas.
Tras el descanso, Raí no tardó en hacer de las suyas. Se metió por velocidad entre dos zagueros y acabó cayendo dentro del área. El árbitro no sancionó nada y le dijo que se levantara. El brasileño tampoco protestó demasiado.
Dos internadas por la derecha de los visitantes volvieron a meter el miedo en el cuerpo de los celestes, pero no fueron más que un espejismo.
Al final, tuvo que ser la magia de Javi Lara la que desequilibrara la balanza. El cordobés controló el balón cerca del vértice del área en el costado izquierdo, encaró a su rival, se perfiló hacia dentro y lanzó un disparo con rosca hacia el palo largo para hacer el 1-0 en el minuto 68.
La puntilla no se hizo esperar. Rodado se hizo un autopase ante Simón para plantarse solo ante el portero. Lo recortó y marcó a placer para firmar el definitivo 2-0. Poco antes, Gonzalo había sido sustituido por lesión.
En la recta final, Rubén salvó los muebles debajo de la portería en la única llegada con peligro de los interistas, que merecieron acabar el partido en inferioridad numérica por un claro agarrón de Moyano a Rodado en el 85. Sin embargo, el árbitro, que señaló la falta, no le mostró la segunda amarilla.
Finalmente, el marcador no sufrió más cambios. La UD Ibiza sumó tres nuevos puntos en casa y ya tiene la mirada puesta en la visita del Baleares a Can Misses. El liderato está en juego.
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