El conjunto que actualmente dirige Pablo Alfaro no sabe lo que es perder en casa desde el 18 de noviembre de 2018, cuando el Don Benito se llevó los tres puntos gracias a un gol del ibicenco Pepe Bernal, ahora en las filas de la Peña Deportiva. A partir de ese instante, los ibicencos han sumado 11 victorias (dos esta temporada y nueve la anterior) y tres empates.
Esa misma racha es la que tiene el Recreativo de Huelva, que aquel fin de semana sucumbió por 0-1 contra el Melilla y, desde entonces, permanece invicto. A partir de ese día, los onubenses han cosechado diez triunfos (dos este curso) y cuatro tablas.
El Racing de Ferrol, que este año comparte grupo con los pitiusos, es el único que la campaña anterior no perdió ni un solo encuentro como local y sigue sin conocer la derrota en su feudo en la actualidad. El Atlético Baleares le sigue en esta clasificación al permanecer invicto desde el 16 de septiembre, cuando cayó por 1-2 contra el Sabadell en la cuarta jornada del ejercicio anterior.
Una semana menos lleva sin perder la Cultural y Deportiva Leonesa. Hincó la rodilla por última vez el 23 de septiembre contra el Real Madrid Castilla (1-2). El otro equipo que mejora la racha de la UD Ibiza es el Badajoz, cuya última derrota en casa se produjo el 21 de octubre del año pasado (0-2 contra el Linense).
Como curiosidad, cabe destacar que el Cartagena ha visto truncada su racha hace diez días, cuando cayó contra el Sevilla Atlético (0-1). No sabía lo que era sucumbir como local desde el 14 de octubre, cuando el Melilla le venció por 0-2.
La práctica
En lo meramente deportivo, Pablo Alfaro sigue haciendo rotaciones ligeras en su once. Dicen que lo que funciona es mejor no tocarlo y eso mismo es lo que está haciendo el técnico celeste. Contra el Pontevedra hubo dos novedades, la entrada de Gonzalo por Mariano para formar el eje de la zaga junto a Rubén y la primera titularidad de Raí como extremo derecho. Lo cierto es que el brasileño dio otro aire a los unionistas. Su chispa y capacidad de desborde se notan sobre el terreno de juego. Su aportación es muy diferente a la de Kike López, más veloz pero menos técnico.
Eso sí, el gran protagonista del choque junto a Rodado fue Diego Mendoza. El delantero argentino hizo su debut en el minuto 72 y marcó en el 88 el definitivo 2-1. Lo suyo fue llegar y besar el santo. Sólo necesitó 16 minutos para estrenarse como goleador. Marco Borriello fue testigo de ello y lo celebró en el palco por todo lo alto. El italiano no pudo correr la misma suerte el curso pasado y se quedó sin marcar en los 380 minutos que se repartió en siete jornadas antes de acabar anunciando su retirada.
Por otra parte, tal y como destacó ayer este periódico, la Peña Deportiva sigue haciendo historia. El equipo de Raúl Casañ enlazó su cuarta victoria consecutiva y va camino de igualar este fin de semana el mejor arranque histórico de un recién ascendido. Para ello, debe ganar al Celta B. Si lo hace, la próxima semana podría reescribir la historia del fútbol de bronce. Que así sea.
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