Un gol de Manu Cabezuelo en la recta final del encuentro brinda los puntos al equipo ‘blue’ | Toni Escobar

Vini, vidi, vinci. Eso fue lo que hizo Manu Cabezuelo ayer en Santa Eulària. Al más puro estilo Julio César, el joven extremo blue saltó al terreno de juego en sustitución de Manu Ribas, lesionado, y se encargó de dar los tres puntos al San Rafael ante la Peña Deportiva en el derbi celebrado ayer en Santa Eulària. De esta forma, el cuadro de Vicente Román ha puesto fin a la condición de invicto del conjunto peñista, que da un paso atrás en la pelea por el título, esta campaña y se mantiene vivo en la batalla por el play off.


Desde el 29 de mayo, en la fase de ascenso a Segunda División B, no perdía la Peña Deportiva en casa. En liga, hay que remontarse aún más en el tiempo para ver a los peñistas hincando la rodilla en Santa Eulària. Fue el 29 de marzo de 2015, en la trigesimoprimera jornada, cuando el Alaró propinó a los santaeulalienses su única derrota en Tercera de ese curso, el tercero y último de Mario Ormaechea al frente del barco peñista. Ayer, el San Rafael, a pesar de llegar con bajas importantes en su alineación titular, se encargó de apuntarse una medalla al resetear la estadística de la Peña. Sin grandes alardes, pero con mucho oficio, los rafelers se las ingeniaron para frenar a su rival y aprovechar su ocasión para hacerse con una balsámica victoria.


El encuentro, como casi todos los derbis pitiusos de Tercera División, dejó mucho que desear en cuanto a vistosidad. Las ocasiones de gol brillaron por su ausencia en un encuentro en el que, en principio, el cuadro peñista partía como claro favorito. Primero, porque pelea por la liga y se plantó al encuentro invicto; segundo, porque contaba con todos sus hombres; y tercero, porque el San Rafael carecía de jugadores titulares como Enric, lesionado, Baena y Franco, dos puntales que acaban de abandonar el club. Pero el fútbol es fútbol, como bien dijo Vujadin Boskov, y un derbi es un derbi. No siempre gana el que mejores jugadores tiene, ni tan siquiera el que mejor juega. El deporte rey no es matemático y dos más dos no suman cuatro.
El duelo de ayer fue una batalla continua por el balón, sin un dominador claro y sin oportunidades clamorosas. Eso sí, no faltó la polémica. Pasado el primer cuarto de hora, los locales pidieron penalti por un derribo sobre Terán. También el San Rafael reclamó una pena máxima al filo del descanso por una caída de Juanfran en el área cuando peleaba por la posición entre Rubén y Pando.

Por lo demás, hubo que esperar al minuto 23 para ver el primer disparo, una falta que Terán lanzó fuera, y al 36 para que la pelota fuera por primera vez a portería, cuando una falta de Ramiro fue mal despejada por un Hortal que, con el cuerpo, desbarató el posterior disparo de Pando. Si poco había hecho el cuadro de Dani Mori en ataque, menos aún hizo el San Rafi. Juanfran, en el minuto 42, probó fortuna con un disparo lejano que se marchó muy desviado.
Vicente Román movió ficha al descanso. Retiró a Santos y dio entrada a Roberto, que se ubicó como extremo. Fue un simple cambio de piezas. El duelo se reanudó con acción. Pando tiró fuera nada más empezar la segunda mitad y Manu Ribas cabeceó a las manos de Torres un saque de esquina para replicar.
Parecía que los dos equipos no se conformaban con el empate y empezaron a buscar con ahínco la meta rival. Pau Pomar también tuvo su ocasión en un testarazo a la salida de un córner, replicado por una chilena de Juanfran que se marchó un palmo por encima del larguero. Acto seguido, un centro-chut de Dani se envenenó y acabó en la parte superior de la red exterior.
Cambios
Dani Mori no lo veía claro y decidió hacer un doble cambio para buscar aire fresco en punta. Ortiz y Ramiro dejaron su sitio a Winde y José Carlos en un simple intercambio de cromos. El senegalés no tardó en dejarse ver por arriba en un par de acciones, pero su control no fue lo suficientemente preciso como para culminar ambas jugadas.
En el minuto 73 se produjo una sustitución clave. La lesión de Manu Ribas dio la oportunidad a Manu Cabezuelo de saltar al terreno de juego. Se retiraba un defensa, que había actuado de pivote, para dar entrada a un extremo. Y dicho extremo acabó siendo el protagonista del choque.
Poco después de que ni José Carlos ni Pando acertaran a mandar a la red un servicio de Terán al segundo palo, el recién incorporado jugador rafeler recibió un balón en largo por el costado derecho y encaró en solitario al portero, al que superó con un disparo cruzado. Los peñistas reclamaron sin éxito un hipotético fuera de juego, pero la realidad es que el 0-1 subió al marcador.
Poco después, Cristian Terán vio la roja directa por un comentario al juez de línea. Fruto de los nervios, se marchó directamente al línea y le agarró de la camiseta por el pecho, teniendo que ser separado para evitar males mayores. Con el marcador adverso, un hombre menos y muy pocos minutos por delante –a pesar de los seis de añadido–, la Peña se quedó sin poder de reacción ante un San Rafael que se vuelve a permitir la licencia de soñar con la cuarta plaza. El mal de uno fue el bien del otro.