Los hispalenses celebran un gol. | Daniel Espinosa

FORMENTERA: 1

SEVILLA: 5

Soñar es gratis, pero, casi siempre, no deja de ser eso: un sueño. El Formentera disfrutó ayer del suyo, del que se despertó con un lógico 1-5 en contra. El Sevilla pasó por encima de los rojinegros en un partido en el que la verdad es que el resultado casi era lo de menos. Ya lo había dicho Tito García Sanjuán antes del choque: «Nosotros ya hemos ganado la Copa».
Una batalla entre un Tercera y un Primera tiene poco de batalla. Y los sevillistas se encargaron de refrendarlo en un Campo Municipal de Sant Francesc hasta la bandera, donde se dieron cita 2.416 espectadores, según fuentes del club. Ayer, el duelo entre David y Goliat tuvo un desenlace muy distinto al bíblico. El fuerte pudo con el débil y lo hizo desde el primer minuto, lo que tardó Correa, una auténtica pesadilla en la tarde de ayer para los locales, en forzar una pena máxima ante Liñán. Ben Yedder asumió la responsabilidad desde los once metros y no perdonó. De nada sirvió que delante estuviera Marcos Contreras, el héroe en las tandas de penaltis de las tres eliminatorias anteriores.
El tanto sentó como un jarro de agua fría en los locales, que se vieron dominados por completo por los de Sampaoli. Correa pudo aumentar la renta en el minuto seis, pero su disparo lo repelió un defensa. El argentino no perdonó en la siguiente que tuvo. Al cuarto de hora de juego, Iborra asistió de cabeza al delantero, que controló el balón con el muslo y, sin dejarlo caer, enganchó una volea al fondo de la red.
Los formenterenses, acostumbrados a tener el balón, se sentían muy incómodos. No era para menos, pues delante tenían ni más ni menos que al vigente campeón de la Europa League, que ejerció una fuerte presión a campo completo.
Los visitantes acariciaron el tercero dos minutos después, pero Ben Yedder, libre de marca en el segundo palo, falló una ocasión clamorosa de gol. El Formentera decidió salir de la madriguera y recortó distancias con una diana de Gabri a pase de Agus. La grada lo celebró por todo lo alto. Minuto 25, 1-2. Increíble, sobre todo por lo visto en el terreno de juego, pero cierto. El problema es que la alegría dura poco en casa del pobre y 180 segundos después el Sevilla recuperó su renta con un gol a placer de Correa a pase de Iborra. El ariete argentino prolongó su fiesta particular subiendo el 1-4 al electrónico justo antes del descanso. Selló su hat-trick con un disparo desde la frontal del área a la media vuelta que hizo inútil la estirada de Marcos Contreras.
Tras el asueto, los rojinegros salieron con aplomo en busca de su segundo tanto. Juan Antonio probó fortuna por partida doble en cinco minutos, pero sin acierto. Tito García Sanjuán movió el banquillo y realizó un cambio a la rusa. Lolo, Dailos y Willy dejaron su sitio a Maikel, Górriz y Goku.
Los andaluces quitaron el pie del acelerador y el encuentro entró en una fase en la que las oportunidades brillaron por su ausencia. Sólo un clarísimo penalti de Kiko sobre Correa permitió mover el marcador en una segunda parte que no tuvo la vistosidad de la anterior. Ben Yedder repitió desde los once metros para sellar el definitivo 1-5 en un día en el que, para el Formentera, el resultado era lo de menos.