Galán abandona por «problemas físicos». «Tengo ganas de seguir. Mi corazón quiere, pero mi cabeza y mi cuerpo dicen que no», explicó.
Galán se formó en el Granollers, con el que llegó a debutar en la máxima categoría nacional. No fue la única camiseta que vistió en División de Honor. Eso sí, la mayor parte de su vida la pasó en las filas de La Roca, donde estuvo 14 años en Primera Nacional. Un día, en 2007, el destino le quiso llevar a las Pitiüses: «Había un chico en la isla que conocí en Granollers que me dijo que hacía falta gente para dirigir equipos, me animé y vine a Eivissa. Desde entonces, aquí sigo».
Con 38 años comenzó su andadura por la isla y con 46 dice adiós a las pistas. Muchos se preguntan cómo es posible rendir a alto nivel tanto tiempo. Él tiene la respuesta: «El secreto es sentirse joven y amar el deporte. Es algo que llevo dentro y siempre me ha gustado. Nunca he estado desvinculado de él, porque siempre he estado entrenando o jugando. Si, encima, tienes apoyo y la gente confía en ti, tienes motivos para seguir jugando. Yo siempre renuncio a hacerme mayor. Lo que pasa es que ya uno tiene problemas físicos. Crees que vas corriendo al máximo posible, pero ves cómo un chico de 18 años te pasa por el lado».
El catalán lamenta dejarlo ahora que el HC Eivissa apuesta por pelear con los de arriba en Primera Nacional, pero asegura que lo va a «disfrutar igualmente». «Yo, por mí, jugaría un año más, pero hay que pensar con la cabeza. No puedes jugártela, sufrir una lesión más grave y no poder hacer otras cosas. Además, para estar a medias, pensando en si ahora puedes o no jugar, mejor dejarlo. Una retirada a tiempo es una victoria y es mejor acabar bien», indicó.
De su larga trayectoria deportiva, se queda con «el ascenso a Primera con La Roca» y «el momento en que, siendo un chaval, subí al equipo de División de Honor del Granollers». Sus peores recuerdos son, lógicamente, las lesiones. «Recuerdo un año en que me rompí los ligamentos en La Roca y, cuando me recuperé, me rompí el escafoides. Fue una temporada negra. Las victorias y derrotas te saben bien o mal, pero las lesiones te afectan», comentó el exjugador del HC Eivissa, que, eso sí, también lamenta «la retirada».
En cuanto al estado actual del balonmano en Eivissa, Jiménez considera que «está un poco dejado». «Habría que apoyarlo un poco más. Prácticamente todo el deporte tendría que mejorar para que los chavales tengan cosas que hacer y no estén en la calle. El balonmano en particular está un poquito olvidado», apuntó. Lo dice una voz autorizada, un hombre con espíritu adolescente que ha dejado huella en el balonmano ibicenco.
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