Imagen de la rueda de prensa que ofrecieron ayer un grupo de padres de jugadores del CD Puig d’en Valls en el restaurante Es Camí Vell.

El Club Deportivo Puig d'en Valls se enfrenta a un cambio de ciclo como consecuencia del descrédito que acusa su directiva respecto a una amplia representación de su masa social. Un grupo formado por unos 40 padres y madres de jugadores del club pistacho denunció ayer públicamente la gestión de la directiva que encabeza Manolo Díaz. El «malestar» de estos familiares se remonta años atrás, pero ha sido el actual proceso electoral en el que se halla inmerso el club el que ha colmado el vaso de la paciencia de los denunciantes. Su portavoz, Pere Valera, pretende presentarse como candidato a la presidencia del club, pero la actual junta ha paralizado su pretensión.

El restaurante Es Camí Vell fue ayer la improvisada sede en la que unos 25 familiares de jugadores del CD Puig d'en Valls expresaron su inquietud por la deriva del club deportivo. «Llegar a estos extremos no es grato, somos un colectivo de padres que estamos totalmente en contra de lo que está pasando en el club. Hay muchos padres que llevan años luchando y padeciendo lo que pasa en esta junta directiva», comenzó articulando Valera, para recordar que parte de su «malestar» es que «desde el club no se nos informa de nada». «Año tras año se ponen trabas para vestir a nuestros jugadores, sea por el chandal o las equipaciones. Este año, como delegado del equipo Alevín A, ha sido vergonzoso», lamentó el portavoz del grupo de padres indignados con la directiva y recordó que desde el club se «amenazó» con expulsar a los niños cuyos padres no estuvieran al corriente de pagos. «Se nos exige mucho y se nos da muy poco», puntualizó Valera, quien estuvo acompañado durante su intervención por Juan Pedro Torres, Lina Marí y Yolanda Martoran.

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