Juan Carlos, jugador del Puig d’en Valls, protege el esférico en una acción del partido de ayer.

PUIG D'EN VALLS: 1

PORTMANY: 0

El Puig d'en Valls no va de farol. El equipo de Buti se impuso ayer al Portmany gracias a un solitario gol de Félix y se ha hecho con el liderato de Preferente en la cuarta jornada, algo por lo que muy pocos hubiesen apostado antes de arrancar la competición. No en vano, todo hacía indicar que la lucha por el título y la consiguiente clasificación para las eliminatorias de ascenso a Tercera iba a ser cosa de los de Sant Antoni y del Rápid, obligado a ganar hoy para reengancharse a la liga. Pero nada más lejos de la realidad. El PDV se ha metido de por medio y pide a gritos su dosis de protagonismo al convertirse en el único conjunto invicto de esta segunda fase.

Si en la historia del fútbol se ha hablado de la ‘naranja mecánica (la Holanda de los 70) o incluso del ‘queso mecánico' (el Albacete de Benito Floro), en la de las Pitiüses pide sitio el ‘pistacho mecánico', una maquinaria sin excesivas prestaciones pero perfectamente engrasada para realizar su función sobre el rectángulo de juego. Coraje, espíritu, orden y sacrificio definen a un Puig d'en Valls que definitivamente se ha deshecho del cartel de ‘tapado' de la liga. Y es que ayer se destapó por completo, al igual que hizo con el tarrro de las esencias. Si no ganó por una diferencia mayor fue simplemente por su desacierto en la definición –a ello contribuyó la baja de Xavi Toledo, el pichichi–, porque ocasiones, desde luego, tuvo, especialmente en el segundo tiempo.

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