La necesidad de ganar

El Space Gasifred afronta hoy uno de esos duelos en los que todo lo que no sea ganar supone un verdadero problema. El equipo azulino recibe al UPV Maristas Valencia, un equipo que solamente le aventaja en tres puntos y al que debe cazar de inmediato para no hundirse aún más en la tabla. Y es que, de momento, los pupilos de Julio Mougán están fuera de la zona de descenso, pero lo cierto es que se encuentran empatados a puntos con el penúltimo y antepenúltimo, que sí están en la parte roja de la tabla: el Gáldar Gran Canaria y el Playas de Castellón.
El ‘Gasi' no sabe lo que es ganar desde el 15 de octubre, cuando se impuso al conjunto castellonense por 7-4. A partir de entonces, cayó derrotado contra el Oxipharma Granada (4-1), el Melilla (6-5), el Sala 5 Martorell (3-5) y el Burela (5-3), y firmó tablas contra el Manzanares (3-3), en casa, y el Barcelona B (4-4), en la Ciudad Condal.
Esta dinámica negativa de resultados, que no de juego, es lo que más preocupa a día de hoy a Julio Mougán: «Necesitamos ganar, sobre todo, por la situación deportiva en la que nos encontramos, pero también por algo más, que es la implicación y el compromiso de los chicos, que se ha reforzado en las últimas semanas. Sin embargo, la ley del deporte está siendo injusta con ellos». «Es una final y tenemos que dar un volantazo que sirva para acabar bien 2011», agregó el míster.
Sobre el conjunto valenciano, dijo: «Es uno de los equipos que está medio dormido. Otros lo estaban y ya han empezado a despertarse. Pese a perder jugadores importantes como Silami y Ximo, no hay que olvidar que en los últimos años han estado en el ‘play off' y que estuvieron cerca de ascender hace dos campañas. Es un equipo que juega junto desde hace mucho tiempo. Será un partido complicado, porque, además, han recuperado la autoestima tras ganar al Melilla la jornada anterior».
El técnico del Space Gasifred podrá contar con todos sus hombres salvo Dani Cabezón, que se ha marchado del equipo. Juanito está mejor de su problema de abductores y Clayton sólo necesita algo más de ritmo.