El Alaior decidió ayer en una asamblea su permanencia en tercera. | Laura Pons Bedoya
La huida es hacia adelante. El Alaior se inscribirá en Tercera División y buscará nuevos gestores o apoyos para hacer posible que el equipo conserve la categoría, una decisión que cierra todas las opciones del Atlético Isleño de aspirar al ascenso.
Veintiséis de los sesenta socios del CE Alaior que ayer acudieron a la Asamblea Extraordinaria para decidir el futuro del primer equipo votaron por ocupar la plaza que libera el Manacor y seguir en Tercera la temporada que viene. Y es que el ascenso a Segunda B del conjunto mallorquín abrió el pasado domingo las puertas a la entidad menorquina de evitar el descenso a la Regional Preferente. Un hecho que no tiene preferente en Los Pinos desde hace más de treinta años.
Con todo, la opción mayoritaria manifestada por los socios topa con la postura de la actual junta gestora, que considera que la deuda histórica del club hace inviable seguir en Tercera; de hecho se debe hasta cinco meses de los jugadores, que no saben nada tampoco ni se ha contactado con ellos en todo este tiempo para explicarles qué rumbo piensa tomar la entidad.
En ese punto, Toni Alzina, presidente de la entidad, puso su cargo a disposición de la asamblea para que los socios predispuestos a mantener al equipo en la categoría tomen la gestión del club y asuman la asfixiante deuda que padece la entidad de Los Pinos.
La tensión en la reunión fue en aumento y, ya cerca de la medianoche, los socios presentes acordaron que se inscribiera al equipo y, sólo si finalmente no se sumaran nuevos apoyos la entidad asumiría el descenso a la Regional. Fue un revés a los dirigentes y para el Isleño y Murense, los dos equipos que, en caso de la renuncia del Alaior, se hubiesen jugado el ascenso.
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