Ganar o ganar. No le queda otra al Eivissa Bàsquet Sa Graduada, que se juega hoy la permanencia en casa (19,00 horas, pabellón Es Pratet). El equipo de Óscar Beltrán recibe al Bàsquet Mallorca, que también coquetea con el descenso, y lo peor es que, además, deberá estar atento a otros resultados para mantener la categoría. Encima, deberá buscar el triunfo con la duda de su principal figura: Urit Kelly. El bahamés sufre una microrrotura en los isquiotibiales, no se ha ejercitado a lo largo de la semana y realizará una prueba física antes del encuentro para ver si puede colaborar en este trasncendental duelo.

Resulta increíble lo apretada que está la clasificación. Desde el octavo hasta el decimosexto sólo hay un partido de diferencia y cualquiera puede descender. El Bàsquet Mallorca, el Santa Pola Lucentum Alicante, el Arroz Dacsa Almassera, el Universidad de Valencia, el Ciutadella, el Eivissa Bàsquet, el Pamesa Valencia, el Bàsquet Paterna y Eliocroca so los conjuntos que vivirán hoy una jornada de intriga y suspense en busca de la salvación. Cuatro de ellos bajarán a Primera Nacional.

Óscar Beltrán, entrenador de los colegiales, reconoció que la empresa no será fácil, pues «si ganamos hay que esperar carambolas, y si perdemos estamos fuera». Además, lamentó la posible ausencia de Urit Kelly, pero afirmó que «el entrenador tiene que sacar a los que estén». «Hay que jugar a tope con o sin él», comentó el preparador de conjunto ibicenco.

Sobre el rival, Beltrán indicó lo siguiente: «Es un equipo joven e imprevisible. Nunca sabes por dónde te va a salir. Es capaz de ganar al Mazarrón y de perder en casa, con todo a favor, contra el Ciutadella por 22 puntos. Serveraa, Sastre y Giménez son los jugadores que marcan la diferencia».

El técnico del Eivissa Bàsquet Sa Graduada desea que Es Pratet sea hoy una auténtica olla a presión para llevar en volandas al equipo hacia el objetivo de la permanencia: «La afición es un punto más. Ojalá venga la gente y anime hasta el final». Beltrán reconoció que el hecho de jugar el último encuentro en casa puede ser una importante ventaja: «Está claro que prefiero jugar la última jornada en casa que fuera».