En la imagen, los futbolistas de la Peña celebran el 1-0 anotado por Gimeno en propia puerta. Foto: IRENE G. RUIZ

Rubén J. Palomo

Cristóbal Parralo tuvo ayer un debut soñado como nuevo inquilino del banquillo de la Peña Deportiva de Santa Eulària. El cordobés respondió a la perfección a las expectativas creadas en torno a su figura no sólo por conseguir los tres puntos ante el Gavà, sino por impregnar de confianza e ilusión al equipo en su batalla por eludir las plazas de descenso y por mejorar notablemente su imagen y su efectividad.

El central Jonathan Neftalí, que anotó por partida doble, dio el triunfo al plantel de la Villa del Río en un encuentro en el que las jugadas de estrategia jugaron un papel decisivo.

El técnico peñista llevó a cabo una auténtica revolución en su planteamiento inicial en cuanto a los protagonistas del choque. Derek Decamps desplazó a Raúl Casañ al banquillo para ocupar su plaza en el doble pivote junto a Ondina, y el puesto del francés en la zaga lo recogió el asturiano Berto, quien, a su vez, relegó a la suplencia a Buti.

A pesar del lavado de imagen del once inicial, donde más se notó la mano del nuevo entrenador fue en el aspecto anímico de sus jugadores. El equipo derrochó confianza y alegría. Además, jugadores importantes como Tino, Heredia o Guirado asumieron su rol en el equipo y marcaron diferencias. La Peña gozó de innumerables ocasiones de peligro y defendió con orden y agresividad, mientras que el Gavà deambuló por el campo sin un rumbo fijo y con escasas ambiciones ofensivas.

Desde el mismo pitido inicial se observaron las aspiraciones de uno y otro equipo. La Peña mataba por ganar y el Gavà simplemente buscaba sobrevivir. Pronto la pareja Guirado-Tino comenzó a conectar. Fruto de una combinación entre ambos nació la primera ocasión clara de gol. El interior malagueño se internó por el carril derecho y colocó un centro-chut que sobrepasó al meta Marcos para acabar saliendo junto al segundo palo (min.6).

Borrell puso la réplica con una internada por el centro que finalizó en un remate desviado. Y en la jugada siguiente, dando realismo a un partido abocado a la sangría goleadora, llegó el primer tanto de la tarde. Gavilán botó un saque de banda larguísimo al corazón del área. Derek y el central Gimeno lucharon por el cuero, y éste último lo empujó con la testa al fondo de las mallas regalando el 1-0 a la Peña (min.8).

No se había alcanzado el cuarto de hora inicial y las áreas ya eran el escenario más transitado del duelo. El fútbol y las ocasiones eran para el bando ibicenco, pero entonces el Gavà experimentó una ligera reacción. Los 20 minutos siguientes fueron de acoso intermitente sobre el área de Pociello -un guardameta total que maneja tan bien las manos como los pies- pero sin grandes ocasiones de gol. Antes del descanso, su homónimo Marcos se 'cargó' a su compañero Navarro al tratar de despejar un balón. El revuelo que provocó su evacuación en camilla y su posterior sustitución la supo aprovechar la Peña para anotar el segundo tanto, uno de esos goles denominados psicológicos. Neftalí cabeceó a la red un certero córner botado por Ondina, con su habitual delicadeza, para marcharse al tiempo de asueto con 2-0 en el marcador.

Interrupciones

El inicio del segundo acto estuvo cargado de interrupciones y sinsentidos. David Gallo, por una leve herida en la cabeza, tuvo que aguardar más de cinco minutos en la banda para reincorporarse al campo a instancias del rigurosísimo colegiado. En ese tiempo la Peña se descentró y el bloque de Toni Llebaría recortó diferencias. Primero avisó Criado con un zurdazo desde 30 metros y más tarde el goleador Keko remachó una jugada dentro del área en la que Pociello había detenido hasta tres remates.

Acierto en los cambios

Llegó el momento de mover el banquillo. Cristóbal decidió dar entrada a Raúl Casañ para reforzar la medular. Ondina pasó a la media punta y Tino cayó a la izquierda. El equipo recuperó el balón y marcó el gol de la sentencia. De nuevo Neftalí y de nuevo a balón parado. Era el tanto de la tranquilidad, de la concordia, de la esperanza. El Gavà no tenía argumentos para volver a recortar distancias y la Peña no estaba por la labor de regalar puntos.

Brillante estreno de Cristóbal, partidazo de su equipo y nuevos vientos cargados de ilusión en la Villa del Río.