El delegado de Eivissa de la Federación Balear de Billar presentó la semana pasada su dimisión irrevocable y en las próximas fechas se celebrará una asamblea extraordinaria de la junta directiva para elegir un sustituto, si bien las candidaturas son escasas.

La que era hasta ahora la cabeza visible de la delegación ibicenca argumentó que su decisión de abandonar el barco se debe a «la falta de interés de los propios jugadores de la isla en el sentido de que cada uno se preocupa únicamente por lo suyo en vez de mirar todos por el deporte». «Era yo el que tenía que currárselo todo mientras los demás no colaboraban. Los billaristas, aquí, son los que más exigen, pero los que menos ayudan», explicó.

En principio, se tomará «un descanso por lo que resta de temporada» y, después, estudiará la posibilidad de regresar al sillón de la delegación insular de billar. Eso sí, para ello, necesitaría «más apoyo de los jugadores, sobre todo de la junta directiva». Y es que la última reunión de ella, en la que expuso su dimisión, significó la gota que colmó el vaso al acudir solamente cuatro miembros (Manuel Rubio, Sergio Correa, Tomás Sánchez y Tomás Megías), además de él.

Según el ex delegado, el panorama no es muy halagüeño. «De cincuenta billaristas que somos, sólo diez ponemos interés. Si no hay algo que vuelva a arrancarlo todo hacia delante, la cosa no pinta bien», sentenció.