Cristina Ferrer se dio un baño de oro en el Campeonato de España de karate sub 21 (kumite, -60 kilogramos), celebrado el pasado fin de semana, y ya piensa en su próximo reto: el Campeonato de Europa. La ibicenca es una ganadora nata y ha encontrado en las artes marciales un modo de vida gracias a su madre. «Ella fue la que tomó la decisión de apuntarme y casi sin preguntarme», recuerda entre risas y con alegría la pitiusa.

El 1 de agosto de 1995 inició su trayectoria, una fecha que nunca ha olvidado. «Era un día muy caluroso y encima con el quimono hacía más calor. Fue horrible», bromeó al respecto. Cristina, que defiende los colores del club Samyd aunque ahora se ejercita en el Club Mediterráneo de Barcelona, consiguió su primer gran éxito «hace cinco años, cuando fui tercera de España en cadetes». Eso la animó a entrenarse con más intensidad si cabe. Con su esfuerzo, logró después una medalla de bronce en categoría absoluta hace dos años y la reciente presea de oro en el nacional sub 21. «Tenía muchas ganas de conseguir este oro. Cuando lo gané, pensé: 'Por fin lo logré'».

La ibicenca ya tiene la mente puesta en la cita continental, que se celebrará entre el día 30 del presente mes y el 1 de febrero: «Mi objetivo es conseguir una medalla. Si es de oro, mejor». Entre las favoritas, desde luego, está, porque ha sabido hacer de este arte marcial «una forma de vida». «Mis compañeros y el karate lo son todo para mí», sentenció.

Cristina Ferrer García (Eivissa, 12-04-1988) ultima sus estudios en el INEF de Barcelona. Además, es monitora extraescolar de karate, deportes colectivos e imitación deportiva. La pitiusa, que admira a Irene Colomar, Cristina Feo y José Puertas, emplea el escaso tiempo libre que tiene en «estar con los amigos y salir cuando toca».