T. Sánchez / C. Vidal

A perro flaco todo son pulgas. Lo dice el refranero nacional y se puede aplicar perfectamente sobre la SE Eivissa. El equipo ibicenco, pendiente de ofrecer su mejor versión tras ocho jornadas de competición liguera, no tiene bastante con salir de su crisis de resultados -ha sumado sus ocho puntos en casa, de donde volaron cuatro, y ninguno a domicilio- que ahora se ha metido él solito en otro problema con el caso Kirian. La entidad rojilla esgrimió la semana pasada que el jugador causaba baja para el choque contra el Dénia por «motivos personales», pero el jugador dejó entrever ayer que ha sido apartado contra su voluntad.

El canario apuntó que «yo no tengo ningún problema con el club y es él el que tiene que decir si he hecho algo» después de asegurar que «el otro día fui a entrenar y no me lo permitieron. Me entregaron una carta en la que ponía que tenía 15 días de vacaciones».

Kirian decidió entonces tomar un vuelo hacia Tenerife, su tierra, porque «para no hacer nada, mejor me voy con mi familia, pero que conste que yo no me fui por mi propia voluntad», en referencia a que el club adujo «motivos personales» para justificar su marcha.

Lo único claro es que esta situación ha dejado a Rubi, entrenador de la SE Eivissa, con un hombre menos en una zona en la que no le sobran precisamente jugadores y que es la que peor ha estado funcionando en este inicio liguero. El chicharrero, a expensas de que se solvente esta situación, tiene claro su futuro: «Tengo dos años de contrato con el club, con el que renové este verano. Ahora mismo lo único que sé es que estoy de vacaciones, pero lo único que me interesa es volver al equipo cuando se cumpla el plazo de 15 días».