ESTADOS UNIDOS 116

AUSTRALIA 85

ESTADOS UNIDOS (25+30+34+27): JKidd (4), Bryant (25), James (16), Anthony (15), Howard (8) -cinco inicial-, Williams (10), Wade (8), Bosh (10), Prince (9), Paul (2), Redd (5) y Boozer (4).

AUSTRALIA (24+19+18+24): Bruton (2), Barlow (5), Newley (10), Bogut (4), Nielsen (7) -cinco inicial-, Mills (20), Anstey (7), Saville (13), Andersen (2), Redhage (2), Worthington (2) y Ingles (11).

Àrbitros: Arteaga (ESP), Mercedes (DOM) y Ma (CHN). Sin eliminados.

Jorge MuñoaPEKÍN

Los Estados Unidos ya están al lado del sitio que han estado persiguiendo desde el pasado 10 de agosto en Pekín, que no es otro que la final olímpica, paso obligatorio hacia la medalla de oro, que cada vez se aproxima más a una formación intratable también para Australia, uno de los pocos oponentes que podía hacer sombra a los americanos en estos Juegos.

La formación aussie se enfrentó a los estadounidenses en un partido de preparación previo a los Juegos, en Shangai, y el marcador final de aquel choque (87-76) hacía prever un encuentro con mayores escollos que los cinco previos de la primera fase para los chicos de Mike Krzyzewsky. Y, efectivamente, durante la primera parte, el conjunto boomer manejó la situación con solvencia y sin despegarse en el marcador.

Los yanquis pensaron que Shangai queda muy lejos de Pekín y que aquello ya había pasado al baúl de los recuerdos al mirar el marcador y comprobar que, en cinco minutos, ya marchaban a todo tren (14-5). Pero los oceánicos anidaban otras ideas en la cabeza: si habían competido en la metrópoli asiática no querían conformarse con menos en la capital del imperio oriental. Un parcial de 7-0 devolvió a los americanos al escenario de los cuartos de final de los Juegos y les recordó lo que sucedió a orillas del río Yangtsé (15-12 m.6). Patente al límite del primer cuarto (20-17 m.8), que concluyó con un ajustado (25-24).

La velocidad, la tremenda velocidad que imprimen a todas las acciones, mantenía por delante a los estadounidenses. Les impedía abrir brecha el esfuerzo defensivo de los australianos por mantenerles lejos de la pintura, por forzarles a terminar las posesiones con tiros de media y larga distancia.

Estados Unidos reventó la eliminatoria entre el descanso y el final del tercer corte. Un parcial de 34-18 (89-61) enterró las esperanzas de competir que Australia había amasado en el primer tiempo.