ARGENTINA 80

GRECIA 78

ARGENTINA (22+17+17+24): Prigioni (7), Ginobili (24), Nocioni (12), Scola (11), Oberto (0) -cinco inicial-, Delfino (23), Quinteros (-), Leo Gutiérrez (3) y González (0).

GRECIA (23+17+15+23): Diamantidis (6), Spanulis (9), Vasilopulos (10), Fotsis (17), Tsartsaris (13) -cinco inicial-, Zisis (5), Schortsianitis (2), Burusis (12) y Papalukas (4).

Àrbitros: Brazauskas (LTU), Jungebrand (FIN) y Carrión (PUR). Sin eliminados.

Jorge Muñoa PEKÍN

Manu Ginobili puso una guinda colosal a una espectacular actuación de Carlos Delfino que, sobre la bocina, en un trepidante encuentro de baloncesto, catapultó a Argentina a las semifinales de los Juegos para medirse a los Estados Unicos y sacó a Grecia, subcampeona del mundo, del torneo.

Noche de tiros largos en el pabellón de Wukesong para dos equipos con elevadas aspiraciones: los campeones de Atenas 2004 y los subcampeones del Mundial de Japón 2006. Ahí es nada. Una cita en la cumbre entre selecciones que se conocen, que se respetan y que han cimentado el éxito internacional en un modelo de baloncesto muy similar.

Las semejanzas entre las tropas de Panagiotis Yannakis y Sergio 'El Oveja' Hernández podrían llenar un libro. Sin embargo, hay una, directamente conectada con las partidas de nacimiento de los jugadores, que anunciaba un tremendo luto para el perdedor. Londres 2012 queda fuera del radio de alcance de muchos de los hombres que han dado lustre y gloria a la escuadra albiceleste y al bloque griego en los años precedentes.

Talentos de la talla de los helenos Theo Papalukas (31 años) y, en menor medida, Kostas Tsartsaris y Dimitris Diamantidis (28 primaveras cada uno); y también de los argentinos Manu Ginobili (31), Fabricio Oberto (33), Pablo Prigioni (33), Andrés Nocioni (28) y Federico Kammerichs (28), asumían la noche, de forma inconsciente, como un más que posible epílogo olímpico enfundados en la camiseta por la que tanto han luchado y con la que tanto han logrado. Al final, fueron los sudamericanos los que sobrevivieron.