Nalbandián había sido el último jugador capaz de ganar a Federer en una final bajo techo (Copa Masters de Shanghai 2005) y el último en derrotar al número uno del mundo en Madrid (semifinales 2006). Con un marcador de 1-6, 6-3 y 6-3 en una hora y 48 minutos completó un trío de resultados espectaculares contra el más grande de la historia y ha puesto sus enfrentamientos 8-7, todavía a favor del helvético.
Una volea de derecha hundió a Federer en su séptima derrota del año y Nalbandián se convertía en el primer argentino en ganar en Madrid y en el quinto jugador que tumba al mejor del mundo esta temporada en un partido en el que las claves de su victoria fueron las mismas que le sirvieron para ganar antes a Nadal y a Djokovic.
Un gran resto, una formidable movilidad desde el fondo y sólo 24 errores no forzados, por 38 de Federer, marcaron el duelo. Roger, cariacontecido, resignado y algo perplejo contempló cómo el «Rey David» levantaba el trofeo.
«Sólo puedo felicitar a David, porque después de haber pasado por momentos difíciles ha llegado aquí y ha vencido a los tres mejores incluyéndome a mí», dijo Federer en la entrega de trofeos.
«Quiero agradecer a mi equipo, que son más importantes que nadie», dijo Nalbandián. «Les agradezco todo lo que hacen por mí para que regrese al primer plano del tenis mundial» añadió para dirigirse a Federer: «Roger, sin duda eres el mejor y espero que sigas así y tengas un buen final de temporada. Buena suerte y un saludo muy especial para todas las madres de Argentina, porque hoy -por ayer- es el día de la madre allá, y un beso a mi mamá que seguro que está más emocionada que yo».
El partido comenzó según el guión previsto. Federer lanzado, sin la presión de enfrentarse al dos o el tres del mundo, rompió dos veces, en el cuarto (3-1) y sexto (5-1) ayudado también por la fortuna pues en el quinto juego, con saque de Roger, éste anotó un supuesto «ace», David pidió revisión pero el Ojo de Halcón no funcionó y el juez de silla, el brasileño Carlos Bernardes, mantuvo la decisión.
En el segundo un nuevo incidente perturbó el desarrollo. Nalbandián se había ido espectacularmente en el marcador (3-0) cuando un aspersor de agua se abrió inesperadamente en una de la esquina de uno de los fondos, y los operarios lucharon desesperadamente para cerrarlo.
Tras unos minutos de espera nada cambió en el marcador. Nalbandián, animado por sus compatriota y jugador del Real Madrid, Gonzalo Higuain (también estuvieron Raúl, Cannavaro y Sergio Ramos entre otros), mantuvo su ritmo de crucero para apuntarse este parcial por 6-3, y comenzar a desesperar a un Federer que no encontraba la manera de hacerse ya con el partido.
Nalbandián no se detuvo. Su juego desde el fondo, basado en un gran aplomo y seguridad, no bajó. Rompió dos veces, en el tercero (2-1) y en el noveno (6-3), infligiendo a Federer su primera derrota después de la final del Masters Series de Montreal ante Djokovic.
El argentino, finalista de Wimbledon en 2002, obtuvo así un título que reconoce su valía. No es normal que un jugador de su talla y talento dispusiera hasta ahora de cinco torneos y tan solo uno de envergadura.
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