Efe|MADRID
El británico Ron Dennis, jefe del equipo McLaren, reconoció el pasado 13 de septiembre ante el Consejo Mundial de la FIA, durante la vista por el caso de supuesto espionaje a Ferrari, que no se habla con el piloto español Fernando Alonso desde que discutieron el día del Gran Premio de Hungría, el 5 de agosto.

Así se refleja en la transcripción de dicha reunión hecha pública ayer por la FIA y que se resolvió con una multa de 100 millones de dólares a McLaren y la retirada de los 166 puntos que había acumulado en el Mundial de Constructores, en el que este año ya no podrá volver a puntuar.

En esa transcripción, de 115 páginas, puede leerse cómo Dennis explica cuál es su relación con Alonso desde el Gran Premio de Hungría, en el que el español, según él, le exigió un trato preferente por su condición de doble campeón mundial. «No nos hablamos, pero no importa. No hemos vuelto a conversar desde entonces», aseguró Dennis.

El jefe de McLaren agregó: «En primer lugar, la relación entre Fernando y yo es extremadamente fría. Eso está claro. Fernando tiene en su mente el firme convencimiento de que nuestra política, en la que cada piloto recibe el mismo tratamiento, no refleja su estatus de campeón del mundo». «(Alonso) considera que su experiencia y conocimiento y lo que a él le aportó su anterior equipo (Renault) le hace merecedor de recibir dicha ventaja», agregó Dennis.

Al describir la discusión del 5 de agosto en el Hungaroring, Dennis dijo: «(Alonso) estaba extremadamente enfadado por lo que pasó el día anterior, pero no más enfadado de lo que estaba yo».

Dennis hacía referencia al episodio del día 4 de agosto, en la sesión de clasificación, en la que Alonso logró la pole pero fue retrasado cinco puestos en la formación de salida de la carrera del domingo por haber frenado supuestamente a su compañero de equipo, el británico Lewis Hamilton, en la zona de repostaje y cambio de neumáticos de su equipo.

«Se retractó»
«Dijo cosas de las que luego se retractó completamente. Asimismo, hizo referencia específica a unos correos electrónicos procedentes de un ingeniero de McLaren. En cuanto dijo esto yo exclamé: 'basta'. Salí, hice entrar al señor (Marti) Whitmarsh, y Fernando lo repitió todo, delante de su representante», agregó Dennis. «Cuando acabó, me giré hacia Martin Whitmarsh y le pregunté qué habría que hacer. Martin dijo que deberíamos ponernos en contacto con Max (Mosley, presidente de la FIA). Cuando Martin y Fernando se marcharon, eso es exactamente lo que hicimos. Le conté a Max la conversación entera. Se mostró contrariado y enfadado, pero sobre todo contrariado. Max me calmó. Me dijo que no hiciera nada. Comencé a calmarme. Entonces, antes de la carrera, el representante de Fernando vino y me dijo que (Alonso) había perdido los estribos y se retractó completamente de cuanto dijo».

«Hablé con Max y éste se mostró comprensivo y me dijo cosas que ahora son irrelevantes pero que me hicieron pensar que debería estar más que tranquilo tras haberlo compartido con él». «De todas maneras, al tratarse de un tema que afectaba a los ingenieros, le pregunté a Martin si sabía de algo en esa parcela. Me dijo: 'hemos hablado con lo ingenieros y (Alonso) no puede estar diciendo la verdad'. Después tuvimos un gran premio razonable. Fernando se dirigió a mí. Había acabado tercero. Se disculpó por el arrebato y yo lo atribuí al acaloramiento del momento porque él estaba enfadado. Así es como me lo tomé.