Javier García Ochoa|MONZA
El español Fernando Alonso (McLaren-Mercedes) arrasó en el Gran Premio de Italia al conseguir la victoria, la vuelta rápida y la «pole», con lo que se acerca con paso firme a su tercer título mundial, ya que tan sólo le separan tres puntos de su compañero de equipo el británico Lewis Hamilton, que ayer finalizó en el segundo puesto.

Fernando Alonso, además, se sacó una espina en Monza, el circuito más antiguo y que más veces ha acogido una prueba del mundial de Fórmula Uno, en donde sólo había terminado una vez en los puntos, hace dos años cuando fue segundo tras el colombiano Juan Pablo Montoya.

Centro de la polémica tras conocerse que un intercambio de correos entre él y Pedro de la Rosa era la nueva evidencia de la Federación Internacional para reabrir el caso de espionaje que involucra a las escuderías Ferrari y McLaren, Fernando Alonso logró superar toda la presión mediática y concentrarse en su trabajo, y desde la primera jornada fue el más rápido.

La salida del asturiano no fue excepcional, pero finalmente logró salir primero de la variante de final recta. Luego comenzó a tirar fuerte, porque su objetivo era acumular la ventaja suficiente para poder realizar sus dos paradas para repostar con la tranquilidad de mantener el primer puesto.

Pero el objetivo se vino abajo en el transcurso de la segunda vuelta cuando el británico David Coulthard (RBR-Renault) se salió de la pista en la Curva Grande al desintegrarse el alerón trasero de su coche. El director de carrera tuvo que sacar el coche de seguridad para poder limpiar la pista y retirar el coche.

Así transcurrieron seis vueltas en las que no pudo lograr ventaja alguna. Cuando se liberó la carrera, Alonso comenzó a descolgar a los Ferrari del brasileño Felipe Massa y del finlandés Kimi Raikkonen, pero no pudo hacer lo mismo con Hamilton, cuya ventaja superaba difícilmente el segundo.

La retirada de Massa, por avería mecánica en la décima vuelta, le facilitó algo las cosas a Alonso, pero después de su primera parada se situó segundo tras Raikkonen, que sólo lo iba a parar en una ocasión.

Una vez recuperado el liderato de la prueba la incógnita estaba en saber si Alonso sería capaz de conseguir una ventaja suficiente como para después de la segunda y definitiva parada poder salir por delante de Raikkonen.

Sus diferencias comenzaron a crecer sobre Hamilton y Raikkonen, y cuando llegó en momento clave, a diez vueltas del final, Alonso había conseguido una ventaja suficiente para mantener el liderato y conseguir la victoria. Por detrás, Lewis Hamilton no había logrado acumular suficientes segundos y cuando salió lo hizo por detrás de Raikkonen. Parecía que Ferrari en esta ocasión jugaba a favor de Alonso, que se podía quedarse a solo un punto de Hamilton en el mundial.

Pero Hamilton, con una gran audacia, tras rodar dos vueltas detrás de Raikkonen, superó a éste sin remisión en la primera variante, en una maniobra que hundió a los mecánicos de Ferrari en su box al ver como el enemigo les derrotaba en casa en toda regla.