El tenista serbio se mostró intratable sobre la pista canadiense, pues no cedió en ningún momento del encuentro su servicio. Y eso a pesar de que el jugador mallorquín gozó de ocho bolas de break, pero ninguna se consolidó. Todo lo contrario, sucedió en el lado de Djokovic que rentabilizó dos de las cuatro ocasiones de fractura de que dispuso.
El español, que nunca se encontró cómodo sobre la pista, sufrió en sus carnes el buen juego de uno de los jugadores más correosos del circuito. Y es que Djokovic sumó al habitual despliegue de cualidades físicas, un saque demoledor que le sirvió para solventar sus escasos momentos críticos como sucedió, por ejemplo, en el segundo set al salvar tres puntos de break en su contra nada más iniciarse el parcial.
Tras escaparse esta opción, Nadal se salió del partido, lo que aprovechó Djokovic para hacerle correr de un lado a otro de la pista en busca de puntos imposibles. El nivel del partido fue en aumento y se vieron jugadas consecutivas de auténtico lujo. Eso sí, casi siempre con el mismo final: la celebración de Djokovic.
El serbio dio el golpe de gracia a su rival con 4-3 en el marcador. En ese momento, el número 4 del mundo no dejó escapar un 0-40 a su favor y se puso en disposición de cerrar el partido con 5-3 y saque. Y así fue. Con este triunfo, Djokovic maquilla el parcial de enfrentamientos con Rafa Nadal esta temporada, que ahora marcha 4-2 para el manacorí, y de paso venga las derrotas sufridas en Wimbledon, Roland Garros, Roma e Indian Wells.
Cincinnati
El tenista mallorquín, sin embargo, no tendrá mucho tiempo para lamentarse de esta derrota en las semifinales de Montreal. A partir de mañana mismo arranca el Masters Series de Cincinnati, donde Federer y Nadal parten una vez más como grandes favoritos, aunque el propio Djokovic y Roddick están al acecho.
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