El presidente del Real Mallorca, Vicenç Grande, ha sido el foco de las críticas del fútbol de Eivissa.

Gustavo L. Sirvent
Las declaraciones del presidente del Mallorca, Vicenç Grande, de las que se hizo eco este periódico, respecto a su opinión negativa sobre a la cesión de jugadores mallorquinistas al Eivissa, debido al carácter turístico de la isla, han caído como una losa en la sociedad pitiusa. Directivos, jugadores, peñistas, y sobre todo, políticos, han criticado y censurado las manifestaciones del mandatario mallorquinista.

Las personas a las que se les ha preguntado coinciden en comentar que las palabras de Grande han sido un error, ya que entienden que debe haber una colaboración entre clubes de una misma comunidad y con sus afirmaciones lo único que provoca es la división de las islas, cuando lo que se busca es la vertebración. Asimismo, rechazan que a las Pitiüses sólo se le conozcan por sus discotecas y playas y no por fomentar el deporte, como en este caso ocurre con la SD Eivissa.

Además, el testimonio del dirigente bermellón viene envuelto de un clima de cordialidad entre las secretarías técnicas de ambos clubes, puesto que ha sido el propio Mallorca quien ha ofrecido jugadores al club de Can Misses.