Gustavo L. Sirvent
El Copisa HC Eivissa tiene en sus manos la permanencia en la Primera Nacional de balonmano si logra vencer hoy, a las 19, 30 horas, en el pabellón de es Pratet al Sant Quirze, un rival directo por eludir el descenso.

El conjunto que dirige Fernando Pastor debe superar los nueve goles en contra del partido de ida para asegurar, a falta de dos jornadas, la salvación. Sería la mejor clasificación del club en esta categoría. En caso de no ser así habría que esperar a las dos últimas jornadas para certificar ese objetivo, pero siempre dependería de los ibicencos.

El preparador del conjunto de Vila señaló ayer que este encuentro es «muy importante», aunque matizó: «Tampoco es que estemos desahuciados si perdemos, mientras que para el Sant Quirze si pierde sí lo estará».

En cuanto al planteamiento del partido, el entrenador del cuadro balear lo afronta «como si de una final se tratase, aunque con posibilidad de repesca», señaló.

Respecto a lo que se pueda ver en el parqué Fernando Pastor manifestó la dificultad que entrañará por lo que hay en juego, si bien recordó que su equipo debe ceñirse al guión que tienen establecido desde inicio de temporada. «Intentaremos jugar nuestro partido y no depender del rival. Trataremos de defender mucho, aprovechar el contraataque que lo estamos explotando muy bien e intentar mejorar el juego en ataque estático, que es donde hemos tenido problemas», explicó.

Para el entrenador del Copisa será clave la afición, que tendrá regalos en forma de comida y disfrutará de una actuación en el descanso. «La afición es muy importante. La diferencia de jugar en casa o fuera es enorme. El factor extra de apoyo del público será muy importante», finalizó.