Montaner, preparada al alimón por Jerónimo Schwad en Valencia y por Juan Carlos Alvarez en Madrid, obtuvo en Birmingham la recompensa a su sacrificio en un duro invierno que se pasó viajando entre la costa y la meseta central.
El año pasado rozó la medalla en los Mundiales en sala de Moscú, donde vivió la experiencia amarga de pasar, en la última ronda, del segundo al cuarto puesto. Ayer su salto de 6,69 en el quinto intento le dio su primera medalla, la de plata. El oro, con récord portugués (6,89), fue indiscutible para Naide Gomes, que revalidó el título conquistado hace dos años en Madrid.
Jesús España, favorito en la final de 3.000 metros, fue derrotado por el italiano Cosimo Caliandro y el francés Bouabdellah Tahri y tuvo que apretar los dientes para no perder incluso el bronce después de haber hecho todo el gasto en la carrera, marchando por delante con el propósito de ralentizar el ritmo, sabedor de que no tenía su día y que luego lo pagó.
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