Con el nuevo Rafael Nadal todavía en fase de construcción, y en la pista cubierta del Estadio Qi Zhong de Shanghai, ayer Roger Federer fue demasiado número uno. El tenista mallorquín evidenció que su cambio de juego está muy cerca de cuajar y firmó un buen encuentro ante el suizo, pero el rey del deporte de la raqueta se mostró intratable, como un depredador hambriento. Las sensaciones previas al partido no eran demasiado positivas. Rafael Nadal estaba en plena fase de crecimiento tras sus triunfos ante Tommy Robredo y Nikolay Davydenko, pero daba la sensación de que el duelo con Federer llega demasiado pronto, y en un escenario poco propicio. La pista cubierta otorgaba demasiada ventaja al suizo, que lleva todo el año sin perder en estas condiciones.

Roger Federer sabía que no podía dejar despertar al corazón del balear porque en ese momento tendría problemas y salió como una apisonadora. Firmó tres aces en el primer juego y se colocó 0-40 al resto en el segundo juego. El duelo no había hecho más que empezar y ya se había complicado de una manera extraordinaria. El mallorquín consiguió salvar las dos primeras, pero en la tercera el suizo tomó la iniciativa y lanzó una derecha ganadora (0-2 y saque).

Las hostilidades no habían hecho más que comenzar. Porque Roger Federer se mantuvo intratable con su saque (0-3) y volvió a disfrutar de dos pelotas de break en el cuarto juego. El dominio del suizo era total y absoluto. Su derecha regía el duelo y Nadal sufría para conseguir sobrevivir (1-3).

Con el suizo lanzado (1-4), Rafael Nadal pidió la presencia del fisio en la pista. Parecía que las rodillas podrían estar dándole problemas, pero simplemente resultó ser que el vendaje de su tobillo derecho estaba demasiado fuerte y le molestaba. De repente el primer saque del balear comenzó a funcionar y el set llegó con rapidez al desenlace (3-5).

Federer sacaba para adjudicarse la primera manga cuando una doble falta y un error de principiante en un remate muy cómodo colocó a Nadal con 0-40. Era una oportunidad que no podía dejarse escapar y el mallorquín forzó al número uno en el intercambio, éste trató de cubrirse el revés y su derecha forzada se quedó en la red (4-5). Parecía increíble pero Rafael Nadal volvía a estar metido en el partido. Aunque lo cierto es que duró más bien poco. Porque cuando todo apuntaba a un posible tie break, el tenista helvético se aprovechó de poder jugar con segundos saques al resto y se puso 15-40. En su primera pelota de set, después de un punto muy largo y de mucha intensidad, Federer resolvió con una gran derecha paralela (4-6).

Con la moral por las nubes, Roger Federer sumó un juego perfecto al servicio en el primer juego del segundo set. Un ace y tres puntos de saque le colocaron en ventaja desde el comienzo (0-1). El encuentro seguía igual. Si Nadal dominaba con su derecha se apuntaba el punto. Si Federer conseguía entrar con su drive se ponía en ventaja (1-2).

Intensidad
El encuentro se jugaba a una intensidad altísima y muchos puntos se alargaban considerablemente por los buenos ataques y las buenas defensas de ambos. Pero Roger Federer no quería que Nadal resucitara como había sucedido antes en otros partidos, así que volvió a apretar el acelerador. El suizo se colocó con dos pelotas de break en el cuarto juego (15-40), pero el balear logró imponer su derecha y se creció moralmente (2-2). Tanto, que por primera vez en el partido hubiera podido ponerse con ventaja si hubiera aprovechado una pelota de break (30-40) en el quinto juego. El tenista helvético falló el primero, pero tras meter el segundo se cubrió de inmediato el revés ya que sabía que la pelota iría allí y lanzó una derecha paralela impresionante (2-3).

El choque entró en una fase extraña. Federer ganaba con facilidad su saque y Nadal sufría porque su primer servicio apenas funcionaba. Los dos mejores del mundo llegaron a la fase decisiva de la segunda manga (4-5) de que el suizo dominaba, pero que al mallorquín no le faltaba mucho para entrar en esa fase en la que un punto le hace ganar el partido.

El cuatro veces campeón de Wimbledon buscó cerrar cuanto antes el partido y en ese décimo juego se colocó con 30-40. Hasta ese momento el primer saque de Nadal no había funcionado pero en la pelota de partido consiguió colocar un buen primer servicio. El suizo firmó un gran resto de derecha a la línea, pero el balear se la sacó bien de encima con una derecha cruzada a la que Federer no pudo contestar. Fue el juego más largo del partido y uno en los que se vio mejor tenis, e incluso una segunda pelota de partido (ventajas resto) que Nadal supo jugar bien con un saque cortado y una gran derecha (5-5). Nadal no podía restar el saque de Federer (5-6) y el suizo seguía empeñado en no dejar que el parcial llegara al tie break. El duodécimo también fue un juego largo, que dominó el mallorquín pero que no consiguió cerrar. El número uno del mundo vio una puerta y se puso nuevamente con ventajas al resto. Este último punto fue una locura. Todo transcurrió muy rápido, hasta que Nadal conectó una dejada de derecha paralela. Federer pareció llegar muy forzado y casi desde el suelo se sacó una derecha liftada a la línea. El partido estaba acabado (5-7). El balear regresa a casa con la confianza recuperada e ilusionado de cara a la próxima temporada. Y Federer volverá a pelear por el título en la Copa Masters.