El nuevo Real Madrid de Fabio Capello se somete al examen más exigente en Lyon ante el Olympique, equipo que le vapuleó en la pasada edición de la Liga de Campeones, y ante el que inicia su caminar europeo con ganas de venganza.
El Real Madrid inicia el camino hacía el sueño de la décima Copa de Europa, con la intención de dar un golpe en el panorama futbolístico mundial en un estadio en el que la pasada temporada sufrió el primer golpe duro con el que comenzó a atisbar su tercera temporada consecutiva sin títulos.
El nuevo proyecto madridista, liderado desde el banquillo por Fabio Capello, comienza en Lyon la búsqueda del nombre y el prestigio perdido en los últimos años en la Liga de Campeones.
Lo hace con su equipo de lujo, salvo las ausencias de Míchel Salgado en el lateral derecho y a la espera de la recuperación de Ronaldo, pero con Mahamadou Diarra, el que era el «pulmón» del Lyon en el centro del campo madridista.
Con Cannavaro liderando la zona defensiva, Cassano inspirado y Van Nistelrooy en racha goleadora, tras marcar tres goles al Levante, Capello sólo tiene la duda en el lateral derecho donde debe buscar sustituto a Salgado, lesionado. El espíritu ofensivo de Cicinho frena su inclusión, más si cabe fuera del Bernabéu, y Mejía y Raúl Bravo luchan por el puesto con Sergio Ramos desplazado al lateral.
Mientras, el Lyon afronta el encuentro con el buen sabor de boca de la goleada lograda la pasada temporada (3-0) pero a sabiendas de que será difícil repetir la gesta. Así lo han reconocido varios jugadores lioneses, que no cesan de repetir que el Real Madrid de Capello es «más sólido» que el que el año pasado se llevó una buena paliza de Gerland.
«El 1-0 sería un buen resultado», avisó el brasileño Juninho Pernambucano a los aficionados deseosos de ver a su equipo acabar con el prestigio madridista por segundo año consecutivo.
Si el Real Madrid de Capello es más defensivo, el nuevo proyecto del Lyon de Gérard Houllier pretende ser más ofensivo que en la temporada anterior, donde la solidez del juego fue la característica más definitoria. Ahora se fuerza por tener más el balón y sus jugadores tienen órdenes de buscar más el gol, como confesó Florent Malouda, un hombre acostumbrado a pegarse a la banda izquierda y que este año tiene más libertad de movimientos.
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