GRECIA: (14+31+32+24): Diamantidis (12), Hatzivretas (2), Kakiouzis (15), Fotsis (9), Papadopoulos (8) -cinco inicial-, Papaloukas (8), Schortsianitis (14), Spanoulis (22), Tsartsaris (3), Vasilopoulos (0) y Dikoudis (8).
ESTADOS UNIDOS (20+21+24+30):Johnson (3), Hinrich (12), James (17), Brand (0), Anthony (27) - cinco inicial - Bosh (3), Howard (10), Battier (1), Miller (0), Jamison (0), Paul (3) y Wade (19).
Arbitros: Fabio Facchini (ITA), Cristiano Jesús Maranho (BRA), Ilija Belosevic (SCG). Excluyeron a Heinrich por cinco personales (39').
Incidencias: Primer encuentro de las semifinales del Mundial 2006 disputado en el Saitama Super Arena, en la ciudad de Saitama (al norte de Tokio) ante 18.000 espectadores.
Javier Villagarcía|SAITAMA
La selección griega dio ayer la mayor sorpresa del Mundial 2006 al vencer en semifinales al combinado de la NBA, que llegaba al torneo con la misión de recuperar el honor perdido para el baloncesto estadounidense. Los actuales campeones de Europa dejaron en evidencia a la selección de Estados Unidos, cuyas carencias como equipo eran flagrantes.
Spanoulis fue el gran azote de los estadounidenses, con sus 22 puntos en momentos clave, y sobre todo por su control del tempo del partido que permitió a los helenos moverse en su hábitat desde el primer minuto.
Estados Unidos venía a tratar de reparar la debacle del Mundial Indianápolis, donde otro combinado de figuras de la NBA acabó estrellándose y finalizando sexto.
Desde el comienzo del partido, Grecia consiguió llevar a su rival a su terreno, al cuerpo a cuerpo, a las posesiones largas, al juego de control. Panagiotis Yannakis sabía que el mayor peligro que tienen los estadounidenses son sus fulgurantes transiciones y su tiro exterior.
La selección helena comenzó buscando a Papadopoulos en el poste bajo para que se batiera con Elton Brand, una labor de brega que minó la confianza del pívot de los Clippers. Estados Unidos salió muy concentrado. En vez de jugarse el triple a las primeras de cambio como en sus anteriores partidos buscó otras alternativas. Miró dentro y encontró a un Howard imparable en la pintura.
Con los puntos de Howard y Carmelo Anthony, los estadounidenses lograron una tímida ventaja en el primer corte (12-18, min. 8). Parecía que la brecha comenzaba a abrirse en el marcador, pero EEUU tenía ante sí a uno de los equipos con mayor fortaleza mental del planeta.
Grecia reaccionó en el segundo cuarto y se fue al descanso con cuatro puntos arriba (45-41) tras una nueva canasta de Papadopoulos. Tres triples consecutivos de Spanoulis, Diamantidis y Tsartsaris en el tercer cuarto del partido, mientras los jugadores estadounidenses fallaban numerosos tiros libres, propiciaron el despegue en el marcador para Grecia, que dispuso de 14 puntos de ventaja en el minuto 25 (65-51).
El campeón de Europa había noqueado al coloso estadounidense. Carmelo Anthony trató de arreglar el roto que le había hecho su oponente, el más duro que habían tenido en todo el torneo. La estrella de los Denver Nuggets con dos triples consecutivos mantuvo a flote a los suyos (71-61).
La selección griega llegó al último cuarto en la mejor de las situaciones, con diez puntos arriba. Estados Unidos apretó el acelerador de la mano de Wade que metió 7 puntos prácticamente consecutivos.
Pero su efecto fue relativo. Kakiouzis y Spanoulis estaban enchufados y no perdonaban desde el perímetro o incluso haciendo el juego que le correspondía a su contrincante, con transiciones rapidísimas.
Estados Unidos llegó a los instantes finales con una mínima esperanza de salvar los muebles. James logró reducir la renta a cuatro puntos (97-93) a falta de quince segundos. Pero ya era demasiado tarde ante un equipo que si se caracteriza por algo es por su sangre fría en los finales de partidos.
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