J. M. A.
«La noche era muy oscura, cerrada, todavía no había luna, nosotros íbamos detrás y no pudimos hacer nada. Fue una equivocación en una derrota en un momento dado, pero lo importante es que no ha pasado nada y que el barco tiene el seguro en orden». A las diez de la noche del viernes, el presidente de la Asociación de Capitanes de Euskadi, Adolfo Zabala, vio cómo el velero 'Largo', un Bavaria de trece metros, encallaba sobre una losa de la costa del islote s'Espardelló, al sur de s'Espardell. Más de 60 veleros participaron el la regata Ophiusa, entre Sitges, en Barcelona, y es Pujols, en Formentera. El 'Largo' no acabó el recorrido, quedó encallado a muy poca distancia de la meta. Seis capitanes de yate de entre 40 y 50 años, todos de Bilbao y experimentados, tripulaban el velero. Todos resultaron ilesos. Ni siquiera la hipotermia hizo mella. Al ver cómo encallaba, Zabala decidió no acercarse al casco del 'Largo', capitaneado por Jesús Arrieta, para evitar que hubiera que rescatar dos veleros en vez de uno.