Un penalti marrado por Manolo Rueda en el minuto 56, en la mejor ocasión del partido, supuso el empate sin goles entre la Peña Deportiva y el Vilafranca. El resultado, pese a todo, no es malo y permite al conjunto de Santa Eulària auparse a la segunda plaza, aunque, por contra, ve cómo sus perseguidores recortan diferencias por abajo.

El Vilafranca vino a Santa Eulària a complicar el partido a los de casa. Los mallorquines, incluso, protagonizaron la mejor oportunidad de los primeros 45 minutos y casi de todo el partido. Pep Lluís, desde casi 30 metros, se sacó de la chistera un potente disparo en el minuto 15 que se estrelló en el larguero de la portería defendida por Roberto. El posterior rechace lo cabeceó a gol Chiqui, aunque el árbitro anuló la jugada por un dudoso fuera de juego. Esa fue la primera y única ocasión en la que el conjunto visitante se acercó al área ibicenca. El resto del tiempo se limitó a defender el resultado. La Peña tampoco inquietó demasiado la meta rival en este primer tiempo. Su única ocasión clara llegó en el minuto 31, en un centro por la izquierda de Guarte que Ibrahim remató desviado.

En el segundo tiempo, y con la entrada de Íñigo por Xicu, por lo que el equipo ganó en el aspecto ofensivo, la Peña pareció cambiar de imagen. Los de Paco Marín salieron decididos a resolver el partido, algo que casi consiguen en el minuto 56. Un saque de esquina botado por Íñigo fue despejado con la mano por Chiqui. El árbitro estuvo atento y señaló el penalti. Manolo Rueda fue el encargado de ejecutarlo. El centrocampista sevillano es todo un especialista en acciones a balón parado, aunque en esta ocasión se resbaló en el momento de lanzarlo y el esférico se fue casi a la pista de atletismo. Con ese lanzamiento defectuoso se desvanecieron gran parte de las opciones de victoria locales. Los minutos siguientes fueron un continuo querer y no poder de los de casa y el partido, entre pérdidas de tiempo de los jugadores visitantes, ocasiones frustradas, el juego defensivo a ultranza del rival y algunas decisiones desconcertantes del colegiado, empeñado en ver faltas en el área mallorquina donde no las había, llegó al final sin que el marcador registrase ningún cambio. Era el momento de hacer la lectura del resultado y de ver el vaso medio vacío o medio lleno. En el primer caso, se perdió una gran oportunidad de seguir distanciándose de los rivales. Desde otro ángulo, es un punto más y que coloca a la Peña en segunda posición. Según se mire.