La SD Eivissa está sufriendo mucho en sus partidos fuera de Can Misses.

Iván Muñoz
Cinco partidos seguidos ganando en Can Misses. Quince puntos de quince es un registro al alcance de muy pocos, propio de los equipos que habitan en la zona alta de la clasificación. Pero la SD Eivissa se encuentra a 8 puntos del cuarto clasificado, la Peña Deportiva, que ocupa la última plaza de los puestos que dan derecho a jugar la liguilla de ascenso a Segunda División B. La causa no es otra que el pobre balance que los de Carlos Simón mantienen fuera de casa, el cual llevaron al límite la pasada jornada perdiendo en el campo de un colista, el Sóller (1-0), que hasta el momento había sido capaz de ganar en sólo tres encuentros. Poblense (1-2) y Alaior (0-2) son los únicos equipos que han cedido los tres puntos ante una visita de los bermellones, y de esta última hace nada menos que dos meses. Entre tanto, sólo un punto: el conseguido en Menorca ante el Atlético Ciutadella (1-1), el único cosechado por los bermellones desde aquella tarde de mediados de abril. Un empate en cinco encuentros, o dicho de forma más impactante, un punto de quince posibles.

El desplazamiento a Mallorca del pasado domingo se esperaba como agua de mayo para intentar marcar un punto de inflexión en tan pobre registro. Había que ganar al Sóller no sólo por tratarse del farolillo rojo sino porque supuestamente el equipo se encontraba en su mejor momento. La contundente victoria ante el Sporting Mahonés en casa gracias a la puntería de los recién llegados hacía pensar en un cambio de tornas. Pero la expedición ibicenca asistió perpleja al tanto marcado por Cristian cuando se llevaba media hora de la primera parte. Más que un jarro de agua fría, el gol fue un torpedo en toda la línea de flotación de un club que ahora ve cómo los esfuerzos económicos para dar un impulso al equipo pueden resultar inútiles.

¿A qué se debe tanta diferencia? Algunos aseguran que la actitud de los jugadores cambia fuera de Can Misses. Sobre todo teniendo en cuenta que la alineación puesta en liza el domingo fue la misma que en el enfrentamiento ante el Mahonés. Versión que no comparten los futbolistas: «Nosotros fuimos allí concentrados, motivados y con la intención de ganar el partido», explica Vicente, uno de los capitanes. «Yo lo veo desde dentro y creo que el equipo trabaja y se entrega. Lo que pasa es que somos el Eivissa y en su campo todo el mundo nos quiere ganar», asegura el portero, que además cree que los terrenos de pocas dimensiones perjudican a un conjunto acostumbrado a jugar por las bandas. «Ni somos tan malos ahora ni antes tan buenos. Queremos que llegue el próximo partido para demostrar que lo de Sóller fue sólamente un accidente», concluyó.

Las crónicas llegadas desde Mallorca aseguraban otra cosa. Habrá que ver qué pasa la próxima jornada contra el Arenal. También fuera.