Juan Antonio Lladós|MADRID
El español Daniel Pedrosa (Honda) se erigió por derecho propio en protagonista del Gran Premio de Australia de motociclismo que se disputó en el circuito de Phillip Island al proclamarse inesperadamente campeón del mundo del cuarto de litro en una cerrada lucha con el argentino Sebastián Porto (Aprilia). El italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1) volvió a hacer de las suyas y ganó como y cuando quiso su undécimo gran premio de la temporada y el suizo Thomas Luthi (Honda) recuperó el terreno perdido en anteriores grandes premios al vencer en los 125 c.c. y ver como su máximo rival, el finlandés Mika Kallio (KTM) no podía pasar de la quinta posición.

Inesperado porque los números no parecían beneficiarle demasiado en un escenario en el que todo apuntaba a que el local Casey Stoner, después de obtener la «pole position», podía ser el principal protagonista de la carrera y, de hecho, lo fue, pero por caerse en el tercer giro y dejar libre el camino a su rival en busca de la victoria y el título. A Daniel Pedrosa sólo le valía el triunfo para proclamarse campeón mundial y en su camino para conseguirlo se encontró con un duro rival en la figura del veterano Sebastián Porto (Aprilia), que marcó la pauta desde que Stoner se fuera al suelo.

Aunque el español lo intentó en más de una ocasión, su oponente suramericano supo cerrar todas las puertas, por lo que sólo quedaba la opción de superarlo por rebufo en la recta de llegada. Y así fue, por apenas veintisiete milésimas de segundo y repitiendo la historia del pasado año, cuando el resultado se invirtió y ganó Porto, pero Pedrosa logró el campeonato.

Esta vez el español necesitaba ganar y, desoyendo las indicaciones de su equipo, que en la pizarra le puso «OK» a la segunda plaza, Daniel Pedrosa sacó fuerzas de la flaqueza que le provocó en anteriores grandes premios su lesión en el hombro -fisura de la cabeza del húmero- para adjudicarse la victoria y el título mundial.

El italiano Valentino Rossi ganó con claridad la undécima carrera del año cómo y cuando quiso, después de comprobar cual era el potencial de sus rivales, en este caso el estadounidense Nicky Hayden y el italiano Marco Melandri, ambos pilotos de Honda, pero a ninguno de los dos les dio opción el campeón transalpino y ambos acabaron peleándose por la segunda plaza con el español Carlos Checa (Ducati Desmosedici).

De ellos, quien más decisión demostró fue el americano, que acabó consiguiendo la segunda plaza con cierta facilidad, mientras que Melandri y Checa dirimieron sus cuitas por la tercera posición con apenas diecisiete milésimas de ventaja para el español, que se sube nuevamente al podio.

Gran paso
Un paso importante en busca del último título que queda por adjudicar en 2005 lo dio en Phillip Island el suizo Thomas Luthi (Honda), quien hizo buena la fama que le precede y tras obtener la «pole position» volvió a adjudicarse el triunfo. Luthi hizo gala, como en otras ocasiones, de una precisión digna de su nacionalidad y prácticamente dominó desde la primera hasta la última vuelta la carrera de 125 c.c.

En Qatar fue el finlandés Mika Kallio (KTM) el que le arrebató el liderato del mundial, pero no ha tardado mucho el suizo Luthi en recuperarlo y, además, con solvencia, pues su rival nórdico no pudo pasar del quinto lugar y eso le devuelve a la segunda plaza del campeonato pero con doce puntos de desventaja.

Dani Pedrosa declaró que «poca gente» confiaba en él «en estos momentos», y eso que casi nadie sabía que su lesión en el hombro era, en realidad, una rotura de la cabeza del húmero. «Nosotros siempre hemos confiado en nuestras posibilidades, aunque muchos no lo hayan hecho. Poca gente se lo esperaba, sólo nosotros, y eso dice mucho de lo que hay alrededor. Nosotros nos hemos dedicado a trabajar y a no hacer cosas raras. Cuando te centras en eso, los resultados llegan», comentó Pedrosa. Lo que más preocupaba a todos era el aspecto físico del piloto español. «Después de Qatar sí creí que se me estaba complicando el campeonato, porque no avanzaba en mi recuperación. Llevaba tres semanas que no mejoraba y no sabía cuánto tardaría en hacerlo», explicó.

Hasta que no ha terminado la carrera y no consiguió el título Mundial el piloto no declaró la verdadera naturaleza de su lesión. «Todavía no sé cómo pude terminar en Japón. Pensamos que se trataba de una lesión muscular y, cuando me examinaron, me dijeron que no tenía nada roto, pero el dolor era enorme. Cuando llegamos a Malasia, fuimos enseguida a hacer una resonancia magnética que reveló la existencia de una fractura en la cabeza del húmero, afortunadamente sin desplazamiento», desveló Pedrosa.

«Lo sabían muy pocas personas; mis médicos de Barcelona y sólo un miembro del equipo. No queríamos asustarles. Tampoco lo dijimos por si acaso no nos dejaban correr, y también para que los demás pilotos no se aprovecharan de la situación. Más que el dolor, el problema era que no podía pilotar bien al no poder colocarme correctamente sobre la moto», explicó.

En Phillip Island el piloto español lo tenía muy claro. «Tenía que realizar una buena salida y luego ir valorando las situaciones. Stoner se ha caído muy pronto y De Angelis, que iba detrás, ha chocado contra él. Aunque ha salvado la caída, la moto se ha roto, así que dos rivales han quedado descartados. Lorenzo, Porto y yo, que rodábamos más retrasados, lo hemos visto y hemos podido esquivarles», indicó.

«Porto estaba rodando muy rápido, así que he decidido seguirle. Si le pasaba, bien, y si no, ser segundo tampoco hubiera sido un mal resultado; no era necesario arriesgar más de la cuenta», siguió.

Al cruzar la meta, Dani Pedrosa rompió a llorar. «He cruzado la meta y no ha sido hasta la primera curva cuando he sido consciente de que también había ganado el título. Ahí es cuando he roto a llorar de alegría y emoción. Normal después de todo lo que hemos sufrido encima de la moto, en el box, sin poder pilotar bien estas últimas semanas».

600 victorias
Además de la victoria y el Campeonato, Pedrosa sumó ayer la ansiada victoria número 600 de Honda, la 500 la logró Mick Doohan. «Evidentemente ha supuesto una gran satisfacción, pero de no haber sido por otros pilotos que han logrado las anteriores, yo no habría conseguido la número 600. Por lo tanto, creo que se trata de una casualidad que haya sido yo, más que un mérito».

El balance, ya con el título en el bolsillo, era obligado. «Hemos logrado grandes resultados en una temporada que ha sido muy competida. En cada carrera hemos tenido que luchar mucho para subir al podio, al que había muchos aspirantes, y a pesar de todo hemos logrado siete victorias, las mismas que el año pasado. Sentenciar el campeonato en Australia ha sido también un gran alivio», comentó.

«Dedico el título al equipo, a mi gente y a la afición, que también se lo merece por todo lo que me ha ayudado durante el campeonato», observó, añadiendo que todavía no ha pensado en la próxima temporada. «Aún quedan dos carreras y he estado tan concentrado estas últimas semanas que no me he parado a pensar lo que voy a hacer el año que viene», concluyó Dani Pedrosa.