La puntería, en fútbol como en tiro con arco o en tiro olímpico, es
vital. Ayer, la Sociedad Deportiva Eivissa tuvo el punto de mira
bastante desviado. Además, los intentos de dar en la diana fueron
escasos. La pólvora de los arietes del club ibicenco estuvo como el
césped de Can Misses, mojada. Y lo peor de todo, es que en tres
partidos la siguen teniendo a remojo (no marcaron ante el Manacor,
ni ante el Sporting Mahonés ni ayer). Todo ello aderezado con los
cinco puntos que lucen en su casillero.
Los dos fichajes más caros del plantel pitiuso, Marco Benjumea y
Joaquín, no han demostrado la 'supuesta' calidad que decían que
tenían, ya que el primero no olió el balón en 67 minutos que estuvo
en el campo, y el segundo tuvo dos remates a puerta, pero se quedó
sin marcar.
La única ocasión de gol que tuvo el Sóller llegó a los 30
segundos de iniciar el partido en un disparo de Nebot que atajó
Vicente, que, a partir de ahí estuvo inédito.
Los intentos de apuntar entre los tres palos por parte del
Eivissa comenzaron con un remate de cabeza de Jorge, a pase de
Alfonso. El delantero ibicenco tampoco atraviesa su mejor estado de
forma y eso se notó ayer.
A partir de esa ocasión los minutos pasaban lentamente y el
balón iba de un lado del área al otro sin pasar por el centro del
campo. Eso sí, el dominio era netamente local. El trabajo de
desgaste de Edu Páez y Nando fue bueno en la parcela ancha, pero no
así la labor organizativa, por lo que las jugadas llegaban con
balones largos que debían buscar los extremos.
Antes del descanso llegaría la segunda tentativa de gol. Joaquín
remató, pero su disparo se estrelló en su compañero Jorge y el
cuero cayó en las manos del meta visitante.
La charla de Carlos Simón en el descanso no sirvió para alentar
a sus jugadores, que mantuvieron la misma tónica que en el primer
acto. La tercera prueba de dar en el blanco correspondió a Buti
mediado el segundo periodo, pero su disparo lo detuvo Vicho.
La ocasión más clara para marcar la dispuso Jorge. Suso colgó el
balón al área, el ariete del Eivissa se deshizo de su par, pero su
disparo a la media vuelta se marchó a las nubes.
Aun hubo tiempo para una quinta prueba, que corrió a cargo de
Joaquín, quien tras un cabezazo vio como un defensa visitante sacó
el balón de la línea de gol. La puntería y lo que ella lleva
implícita, los puntos, fue esquiva para el cuadro deportivista, que
deberá ensayar para mejorarla.
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