La SD Eivissa y el Manacor ofrecieron un partido en el que no hubo goles.

La megafonía del estadio de Can Misses debió emitir al finalizar el partido de ayer una canción que hubiera reflejado lo ocurrido sobre el terreno de juego: 'La vida sigue igual' de Julio Iglesias. Lo que se vio entre la Sociedad Deportiva Eivissa y el Manacor fue un calco de lo que se podía ver la pasada temporada cuando el equipo lo dirigía Bernabé Herráez; dominio territorial de los bermellones, escasísimas ocasiones de gol y empate final. Incluso el discurso en la rueda de prensa del técnico visitante, Pep Sansó, recordaba a los de los entrenadores que pasaron por la sala de prensa el curso anterior: «El Eivissa es un buen equipo que seguro que estará arriba», señaló.

El empate a cero no dejó buen sabor de boca a los aficionados deportivistas, que esperaban mucho más después de que su equipo venciese la pasada semana en el campo del Felanitx, pero no fue así.

Mucho juego por la parcela ancha del campo y contadas aperturas por las bandas, sobre todo por la izquierda con Alfonso (que fue el mejor durante la primera mitad) fue el juego que realizó el 'once' local, que adoleció de un organizador que pusiese balones a los carriles y a los delanteros. Hubo muchos robos de balón por parte de Iván Morales y Nando en la medular, que posteriormente no se traducían en peligro. Las dos únicas ocasiones de peligro que se produjeron llegaron en el primer acto. Buti, de cabeza, tras un córner botado por Marco tuvo la primera, pero el portero visitante despejó a saque de esquina. Ocurrió en el minuto 21. Veinte minutos más tarde llegaría la segunda. Santa se revolvió bien dentro del área, pero su disparo lo detuvo Guiem. Éste fue el pobre bagaje local antes del descanso.

La entrada de Puet en la reaundación dio un pocó más de mordiente ofensiva al Eivissa por banda derecha, pero sin embargo careció de ella por la izquierda, donde Alfonso no apareció tanto como al inicio. Además, Simón dio entrada a Jorge para intentar tener más olfato goleador, pero ni con esas. Es más, en un contraataque del Manacor, Fullana se plantó solo ante Vicente pero su lanzamiento se marchó a las nubes. A partir de ese instante, el plantel deportivista jugó con más corazón que cabeza en busca del tanto que deshiciera la igualada, pero fue misión imposible. En el descuento, un barullo dentro del área con el balón muerto no se pudo resolver con nada positivo y un minuto más tarde llegaría la conclusión ante la desilusión del respetable.