José Antonio Diego|HELSINKI
El estadounidense Dwight Phillips, la etíope Tirunesh Dibaba y el marroquí Jaouad Gharib revalidaron sus títulos de longitud, 5.000 y maratón en la penúltima jornada de los Mundiales de Helsinki, que registraron un sorprendente triunfo francés en el relevo 4x100 masculino.

Phillips revalidó su título mundial con la misma marca de 8,60 metros que ya el año pasado le situó décimo en el escalafón mundial de todos los tiempos.

Fue un concurso singular del norteamericano, que después de su majestuoso primer vuelo no fue capaz de hacer un solo salto válido. El ghanés Ignisious Gaisah (8,34) y el finlandés Tommi Evila (8,25) subieron con él al podio, mientras el español Joan Lino se quedaba a un centímetro de la medalla de bronce (8,24).

En presencia del plusmarquista mundial, su compatriota Mike Powell, y con un viento de 1,6 metros por segundo a su espalda, Phillips privó de emoción al combate en el foso de arena al igualar el mejor salto de su vida a la primera: 8,60 metros. La medalla de oro ya estaba a buen recaudo. Sólo quedaba conocer a sus escoltas.

El marroquí Jaouad Gharib se convirtió en el segundo atleta que revalida el título mundial de maratón, siguiendo los pasos del español Abel Antón, al ganar la carrera de 42.195 metros en 2h10:10 con un ataque sin respuesta en el kilómetro 29 mientras que Japón conquistó la Copa del Mundo por delante de Kenia. «Al final aflojé no porque no me fueran las piernas, sino que tenía algunos dolores en el estómago», señaló el atleta marroquí tras la carrera.

Christopher Isegwe (2h10:21) remató el formidable trabajo del equipo tanzano con la medalla de plata, y el japonés Tsuyoshi Ogata, llegando desde atrás (2h11:16), consiguió la medalla de bronce.

Julio Rey, subcampeón mundial en París 2003, sucumbió al ataque del campeón después de haber dado la cara desde la salida y terminó octavo, mientras que el italiano Stefano Baldini, campeón olímpico en Atenas, pagó con la retirada su respuesta al ataque de Gharib.

Gharib, antiguo mediofondista (como Abel Antón) y con una marca de 7:39.22 en 3.000 metros, había corrido este año el maratón en 2h07:49, a sólo 47 segundos de su mejor marca personal.

Toma de posiciones
El brasileño Vanderlei de Lima, a quien un antiguo presbítero irlandés le derribó en el maratón olímpico de Atenas cuando iba en cabeza por el km. 35 -luego acabó tercero- se dejó ver en Helsinki por el km. 13, cuando los kenianos tomaron posiciones arriba, pero después pasó un calvario antes de abandonar.

En 5.000 metros, Tirunesh Dibaba revalidó su título de campeona mundial con un tiempo de 14:38.59, el mejor en la historia de los campeonatos, tras batir en un angustioso esprint a la campeona olímpica, Meseret Defar, en una carrera que tuvo a las cuatro etíopes en los primeros puestos.

Junto a Tirunesh Dibaba, de solo 19 años, subieron al podio la campeona olímpica, Meseret Defar, de 21, y Ejegayehu Dibaba, subcampeona en los Juegos de Atenas, de 23.

La española Marta Domínguez, subcampeona mundial en Edmonton 2001 y París 2003, perdió contacto con el grupo delantero a dos kilómetros del final y terminó decimocuarta con 15:02.30.

Etiopía logró, de esta forma, la segunda gran barrida de los campeonatos. Sólo Estados Unidos, con cuatro atletas al frente de la final de 200 metros el pasado jueves, había conseguido igual gesta.

La ausencia de Estados Unidos, que perdió el testigo en las series, abrió las puertas a la sorpresa en el relevo masculino 4x100. Francia ganó la medalla de oro con 38.08, por delante de Trinidad y Tobago (38.10) y de Gran Bretaña (38.27).

Adiós al maleficio
La rusa Yuliya Pechonkina, plusmarquista mundial y durante muchos años considerada la número uno mundial en 400 metros vallas, rompió el maleficio que la perseguía en grandes campeonatos y, en ausencia de la defensora del título, la australiana Jana Pittman (lesionada), se adjudicó el título mundial con la mejor marca del año (52.90).

Por la calle 4, Pechonkina tomó la cabeza en el cuarto obstáculo y resistió el acoso de la campeona estadounidense Lashinda Demus, que por el carril exterior la vigilaba de reojo. La rusa tuvo escolta norteamericana en el podio, con Demus y Sandra Glover.

La bielorrusa Nadezhda Ostapchuk, subcampeona mundial en 2002 y autora de cuatro de las cinco mejores marcas del año en peso, batió en la final con un tiro de 20,51 metros a la rusa Olga Ryabinkina (19,64) y la cubana Yumileidi Cumbá, campeona olímpica, acabó sexta con 18,64. El bronce fue para la neozelandesa Valerie Vili (19,62).

Ostapchuk vivió en los Juegos la experiencia de hacer en la calificación una marca de 19,69 que le habría dado la medalla de oro, de haberla repetido en la final.