Felipe Vivancos y Paulo Villar, durante un momento de la eliminatoria de los 110 vallas, en la que ambos quedaron eliminados. Foto: EFE

Felipe Vivancos no tuvo su día y fue eliminado en la primera ronda de los 110 metros vallas. Las malas condiciones climatológicas le jugaron una mala pasada e hicieron que acabara séptimo de su serie con un tiempo de 14"34, un registro que no acostumbraba a hacer casi desde su época de juvenil. «Ha sido un día para olvidar. Todo ha salido mal. Era consciente de que el Mundial no era mi objetivo, pero al menos quería llegar a semifinales. No obstante, con estas condiciones era imposible correr. Había un auténtico vendaval, con un viento lateral en contra de casi 7 metros, y yo, que iba por la calle interior, he sido uno de los más perjudicados. Los delgaditos lo tenemos mal con este tiempo», asegura el atleta ibicenco.

Esas condiciones adversas hicieron que, prácticamente todos los atletas, corrieran casi un segundo por debajo de sus mejores marcas. «Ha sido increíble ver a gente como al estadounidense Allen Johnson hacer 13"92 segundos, o que el chino Xiang Liu, que ha conseguido la mejor marca en las eliminatorias, corra en 13"73, que es un tiempo que yo normalmente hago mejor. Es una pena que en una prueba tan técnica como las vallas te obliguen a correr en estas circunstancias, pero lo que está claro es que aquí no se suspende nada a no ser que caiga el diluvio universal», declara el vallista.

Las sensaciones no fueron buenas desde el principio. «Me he levantado a las cinco y media de la mañana, he estado dos horas intentando calentar y con los pies fríos... Imposible. Además está el cambio de temperatura. Vengo de entrenar a 40 grados en Madrid y aquí nos encontramos en pleno verano con temperaturas bajísimas y, además, lloviendo. La verdad es que no estaba preparado. Luego, en la carrera, salí bastante bien, pero tras la primera valla veía que no avanzaba y que me iba quedando cada vez más atrás», relata.

Vivancos reconoce que la temporada está siendo larguísima y que necesita un descanso. «Lo cierto es que venía al Mundial muy cansado y sin las ganas y la ilusión que tenía el año pasado en los Juegos Olímpicos. El Campeonato del Mundo, además, no era mi objetivo y sabía que era imposible que estuviese en la final. Después del Europeo en pista cubierta y la medalla de plata, y a excepción de los Juegos del Mediterráneo, todo lo demás me sobraba. Ahora tengo ganas de tomar un descanso y empezar a pensar en la próxima temporada, en la que el gran objetivo son los Europeos de 2006», agrega.