Valverde, la perla del ciclismo español a sus 25 años,
subcampeón del mundo en 2003, alcanzó la gloria en la primera
llegada en alto y se convirtió en el sucesor del italiano Pantani,
quien dejó un recuerdo imborrable con el último de sus 8 triunfos
en la carrera francesa en este mismo escenario.
Le ganó el pulso cara a cara al todopoderoso Lance Armstrong,
que le disputó el esprint cuando ambos llegaron a la recta de
llegada junto a Fran- cisco Mancebo, que fue cuarto y el danés
Rasmussen, tercero. Esperó a que arrancara y luego le superó con
claridad, invirtiendo en los 181 kms. de viaje desde Brignoud,
donde se tomó la salida oficial hasta Courchevel 4h.50.35.
Mientras el ciclista murciano celebraba loco de alegría el día
más grande de su vida, Armstrong festejaba los efectos de una
lección magistral, una más, que le indicó con letras grandes el
camino triunfal hasta París, y es que a las primeras de cambio,
sacó el libro de estilo y terminó con todos sus rivales
directos.
La jornada hizo estragos y demostró que el séxtuple ganador del
Tour es el de siempre y que su equipo, el Discovery, está muy bien
engrasado. Erigido en productor y director de la escapada decisiva
en el momento preciso, aventajó a Basso en 1.01, a Ullrich en 2.13,
a Botero en 2.50, a Vinokurov, el gran derrotado en 5.18 y a Beloki
en 5.35.
El descalabro fue aún mayor para otros de los que se incluían en
el apartado de favoritos. Así Heras se dejó en el puerto 9.49 y
claro, se despidió del podio y aledaños, e Iban Mayo, el ganador
del Alpe D'Huez en 2003, nada menos 21.31. Un día para olvidar si
no hubiera llegado Valverde con su sorpresa final.
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