La carrera fue un calco de la del año pasado. Si entonces,
Gibernau cedió en la última curva, hoy lo hizo a tres vueltas para
el final. Rossi se mantuvo siempre a la espectativa, jugó con los
nervios del español y, de nuevo, salió victorioso.
Tercero fue Marco Melandri, compañero de equipo de Gibernau,
quien se ganó su derecho de estar en el podio, después de una lucha
con el brasileño Alex Barros y el estadounidense Nicky Hayden. El
italiano Max Biaggi fue finalmente sexto, Rubén Xaus décimo, Carles
Checa undécimo y David Checa decimotercero.
La superioridad de Rossi quedó de nuevo patente. La emoción de
correr un buen número de pilotos en grupo duró apenas las primeras
cuatro vueltas. Melandri se situó primero y compartió esta plaza
con Gibernau, hasta que Rossi pasó a la acción en la cuarta vuelta,
pero el español recuperó la primera plaza inmediatamente. Desde ese
momento y hasta la vuelta 22, Gibernau fue siempre en cabeza.
Rossi estaba al acecho, nunca permitió que el español se
distanciara y cuando Sete se situaba con un máximo de medio
segundo, apretaba para ponerse a rebufo. Daba la impresión de que
el italiano iba sobrado y así fue.
Cuando a tres vueltas para el final pasó a Gibernau, los más de
105.000 espectadores que se dieron cita en Montmeló, intuían que la
historia del año pasado o la vivida en la apertura del Mundial en
Jerez se iba a repetir de nuevo. Rossi fue incrementando su ventaja
y al final Gibernau se conformó con la segunda posición. Es la
quinta victoria de Rossi en seis carreras. El italiano había ganado
en este circuito en todas las categorías y ayer consiguió su
séptima victoria.
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