Los cambios registrados en el proyecto inicial que les llevó al
frente del equipo directivo del Barcelona y, especialmente, y el
presidencialismo alejado de la democracia prometida por Joan
Laporta son las principales razones aducidas por los directivos
Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu para presentar la dimisión de
sus cargos dirigentes en el club catalán. Ambos presentaron por
escrito la dimisión a Laporta y también ambos hablaron brevemente
con el presidente antes de anunciar a los medios de comunicación la
decisión adoptada, según ellos, desde el pasado fin de semana
cuando habían finalizado todas las temporadas deportivas.
Tanto Rosell como Bartomeu leyeron sendas cartas dirigidas a los
socios del club en las que explicaban sus motivos. El
vicepresidente deportivo justifica su decisión en la necesidad de
la conclusión de la campaña y también en que necesitaba asegurar
«la continuidad» del equipo responsable del fútbol base, algo que
no se produjo hasta ayer mismo. «El hecho de presentar mi dimisión
ha tenido un coste (...). Parece imposible dejar una
responsabilidad como la mía y sin que suponga un revuelo en la
entidad más mediática del país. A pesar de que siempre he pensado
en el club antes que en mi propio beneficio, pido disculpas en el
caso de que haya ocasionado algún perjuicio», asegura Rosell en su
escrito.
Jordi Moix protagonizó la tercera dimisión del día de un
directivo del Barcelona, después de las llevadas a cabo horas antes
por Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, con lo que se convierte
en el cuarto que lo hace bajo el mandato de Joan Laporta tras la de
Jordi Monés del pasado martes.
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