Luis Villarejo|ESTAMBUL
Rafa Benítez y su «legión» española buscarán hoy la gesta en Estambul, un sueño que devolvería la gloria al Liverpool, ante un Milán pletórico, que se presenta con el aroma y el perfil de favorito y el reto de ver a Paolo Maldini abrazado a la séptima Copa de Europa del club, la quinta del capitán italiano a nivel particular.

Aún así, el actual Liverpool, reciclado en las probetas del laboratorio de Melwood con Rafa Benítez, no se rinde nunca. Araña y se esconde. Amaga y pega. Resuelve y defiende. Y así pintó la cara en la competición al Juventus de Capello y al Chelsea de Mourinho. Todo un dato, un aviso para un Milán poderoso, consciente del corazón y el músculo que exhibe el Liverpool en Europa.

Se pone en juego no sólo un título. También una tendencia. El Milán, ahora con Carlo Ancelotti al frente, cotiza al alza en este lustro. Su objetivo es cazar al Real Madrid, con nueve títulos en sus vitrinas.

El mundo del fútbol profesional -jugadores de elite, técnicos y directivos-, coinciden en analizar que la plantilla actual del Milán es insuperable. Hay talento e inteligencia -Pirlo, Seedorf-, juventud y elegancia -Kaká-, veteranía -Cafú, Maldini-, contundencia -Stam, Nesta-, esfuerzo y energía -Gattuso, Crespo-, y gol, mucho gol en momentos decisivos -Shevchenko-.

Sin olvidar a un buen portero, Dida, especialista en parar penaltis si fuera necesario. Y es que los campeones de Europa suelen ser recordados siempre por su portero. Todo eso adornado con banquillo, con plantilla, la raya que separa a los campeones de los aspirantes. Abbiati, Costacurta, Kaladze, Ambrosini, Rui Costa, e Inzaghi están a la espera. Ambrosini, el autor del gol que dio el pasaporte para esta final ante el PSV, no se ha entrenado con el grupo en toda la semana por lesión. El francés Vikash Dhorasoo y el italiano Cristian Brocchi ocuparían su sitio en la zona de contención como suplentes.

Dice Kaká que no atisba en el Liverpool ningún signo relacionado con el fútbol español. Que el Liverpool juega a la inglesa. Eso puede ser cierto si no está Xabi Alonso, que vuelve al equipo por la puerta grande para esta final. Pero con Xabi, Steven Gerrard se siente más a gusto y el Liverpool gana un plus de calidad. Y sí hay indicios del fútbol español.