Dijo Etoo días atrás que el Mallorca debía ganar sus partidos y no ir mendigando favores. Lo dijo con frialdad, incluso con un tono que parecía inapropiado. Trataba de protegerse el camerunés, que tenía suficiente con la presión de saber que el Barça tenía la primera opción de atrapar el título. Lo cierto es que los argumentos de Etoo, al margen de su acento, escondían una verdad enorme. Sabía el delantero africano que él iba a hacer todo lo posible para ayudar al Mallorca, y no quería que se lo fueran recordando cada cinco minutos. Y cumplió. El mejor jugador que ha tenido el club isleño en toda su historia (¿quién lo discute ahora?) apareció en el minuto 60 para concederle el título al Barça y, de paso, hacerle un guiño al Mallorca. Lo hizo con la peor de sus suertes, el remate de cabeza, pero lo cierto es que remató con el corazón.

¿PUNTO BUENO?. Al margen del título del Barcelona, lo cierto es que el mallorquinismo se ha quedado algo intranquilo con el punto logrado por el Levante. Es un empate que lo deja todo a expensas de lo que haga esta tarde el equipo de Cúper ante el Athletic, como la pasada semana cuando se sumó en Pamplona y había que esperar a lo que sucediera en Albacete. En aquella ocasión todo encajó; ¿lo hará ahora? Y es que el Mallorca esperaba que el Barça le atizara al Levante y nadie contaba con ese punto que al final de Liga puede ser determinante. Pudo ser peor, visto como había arrancado el partido y como se manejaba tras el gol de Rivera. Ahora a los isleños les toca ganar, porque de hacerlo se quedarán un poco más cerca de la permanencia.

LA JORNADA. A las 20.00 horas el Madrid aparecía por el Sánchez Pizjuán y el Mallorca empezaba a jugar. El conjunto balear sabía que una derrota del conjunto de Luxemburgo iba a perjudicar sus intereses, porque entonces el Barcelona sería campeón antes de saltar al césped. Eso, supuestamente, relajaría a los de Rijkaard, que quedarían en manos de un Levante que sería el gran beneficiado. Durante algunos minutos sucedió eso, porque Sergio Ramos marcó un gran gol de falta y el Madrid capitulaba. Sin embargo, el escenario iba cambiando a medida que los blancos se metían en el partido; primero con un gol en propia puerta de Javi Navarro y luego con un zapatazo de Zidane. Esa situación mejoró el estado de ánimo del Mallorca, hasta que apareció Baptista. Ese empate le dolía a los rojillos, porque a los azulgrana les bastaba con igualar ese marcador. Es decir, le era suficiente a los catalanes con hacer lo que hicieron. En ese intercambio, el Mallorca salía perdiendo porque no contaba con ese punto.

APARECE EL BARÇA. El Barcelona irrumpió poco después en el Ciudad de Valencia sabiendo que con empatar tenía suficiente, y pagó su relajación. Rivera adelantó al Levante y entonces el Mallorca se echó a temblar. Sabía que ese triunfo, combinado con una derrota suya ante el Athletic, le enviaba a Segunda División. Hasta que llegó Etoo; primero metió la puntera en un servicio desde la derecha y estrelló el balón en el poste. Tras el descanso, empujó de cabeza el cuero a la red y le dio el título al Barcelona. De paso, le robaba dos puntos al Levante, algo que en la Isla le agradecerán eternamente. Todo perfecto. Etoo sigue teniendo el corazón rojo, aunque ahora vista de azul y grana.

EL ÚLTIMO PASO. Ahora le toca el turno al Mallorca, tal y como advirtió Etoo. El gol del camerunés servirá de poco si el conjunto de Cúper no tumba al Athletic, por lo que los rojillos tienen una gran obligación. Un triunfo les dejaría a un punto del Levante -más el golaverage- y esa es una oportunidad histórica para seguir creyendo en la permanencia en Primera. Quedarían apenas dos jornadas para cerrar el torneo y el Mallorca estaría más cerca que nunca. Hace un par de jornadas era impensable que el equipo balear estuviera tan próximo a darle un revolcón a la clasificación, pero la caída libre de los valencianos y el acelerón del Mallorca le han dado mucha vida. Mientras, el Barça celebra un título que añoraba y que ha ganado con una superioridad casi insultante.