CSKA MOSCÚ (17+23+19+19): Holden (20), Brown (12), Granger (5), Dikudis (13), Andersen (10) -cinco inicial- Monya (6), Papalukas (9), Muursepp (3), Savrasenko (-) y Panov (-).
TAU VITORIA (25+22+13+25): Calderón (13), Macijauskas (23), Hansen (3), Scola (10), David (11) -cinco inicial- Vidal (4), Splitter (-), Prigioni (9), Gabini (7) y Betts (5).
Arbitros: Tsanidis (GRE), Brazauskas (LTU) y Ankarali (TUR). Excluyeron por personales a Scola (m.24), Splitter (m.26) y Betts (m.36). Señalaron técnica al técnico del Tau, Dusko Ivanovic, por hacer comentarios (m.10).
Incidencias: Encuentro correspondiente a las semifinales de la Final entre Cuatro de la Euroliga 2004-05 disputada en el Olympiysky Arena ante unos 13.300 espectadores.
Efe
El Tau Vitoria quemó una etapa más en su constante ascensión hacia la cima del baloncesto europeo con una clasificación histórica para la final de la Euroliga ante el CSKA Moscú ruso, el gran favorito en todos los pronósticos, el anfitrión de la ronda decisiva, que cayó víctima de un grupo de valientes y de un entrenador, el serbio Dusko Ivanovic, que lo bordó. El Tau Vitoria desconoce la palabra miedo. Lo demostró en el Olympiysky Arena, del equipo llamado a la gloria en esta Euroliga, el mismo que saltó al parqué con el impresionante registro de 53 victorias y una sola derrota en toda la temporada. Ahora son dos las derrotas, un registro que sigue deslumbrando, pero el finalista es el Tau.
Tanto es así que, si alguno sintió miedo en algún momento, ese fue el CSKA. Miedo de perder el tren hacia la gran final a las primeras de cambio porque los hombres dirigidos por el serbio Dusko Ivanovic le enseñaron los dientes en todo instante y ni siquiera le permitieron llegar al último esprint en condiciones de intentarlo. Siete tantos en racha del lituano Arvidas Macijauskas dibujaron un inesperado 5-10 a los tres minutos de juego. Aún era pronto para hacer cábalas, pero cuando el hispano-argentino Luis Scola subió el 7-17 al luminoso dos minutos después las cosas cambiaron de aspecto. El Tau iba muy, pero que muy en serio.El CSKA intentó ponner presión, pero el equipo vitoriano no se arrugó en ningún instante y, al final, se llevó la victoria. Hoy le espera la final y el Maccabi.
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