Llegó la hora del cambio. El traspaso de poderes entre Bernabé
Herráez y Pepe Ramírez se produjo ayer de forma simbólica en el
establecimiento de Vicente, uno de los capitanes del Eivissa. La
imagen que ilustra esta noticia será una de las últimas que se
puedan ver entre el ya ex entrenador del conjunto deportivista y el
nuevo 'mister', que tendrá que hacerse cargo del equipo en las seis
jornadas que restan para finalizar la temporada 04-05.
El técnico valenciano y el gaditano han convivido en el
banquillo del equipo bermellón con más resultados negativos que
positivos. El primero se marcha con un buen sabor de boca en lo que
respecta a su trato con la plantilla. «He recibido llamadas y
mensajes de apoyo de la práctica mayoría de jugadores, pero el que
es muy de agradecer fue el de David Escandell, que dejó el equipo
en diciembre y que se ha acordado de mí», comentó Herráez.
El segundo tiene claro qué dirá a los jugadores cuando hoy
retornen a los entrenamientos para preparar el choque del próximo
domingo ante el Arenal. «Les daré un mensaje de continuidad y
tranquilidad. Además, los que se quieran quedar el año que viene y
los que se marchen tienen que dejar buen recuerdo, porque aquí
quedarán informes y la directiva, esté yo o esté Johan Cruyff, no
lo pueden olvidar. La directiva ha apostado por unos jugadores; si
no se ha rendido, eso tiene un precio, y el precio lo tienen que
pagar quienes los han metido en esa situación. Lo que está claro es
que los entrenadores no ganan partidos», explicó.
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