El empate cosechado por el Eivissa ante el Playas de Calviá es inservible en la calculadora deportivista, ya que da un paso atrás en su afán de recortar distancias con los equipos que están en puestos de promoción. La llama de la ilusión pierde fuelle y la afición lo nota. Alrededor de 150 espectadores se dieron cita en Can Misses, lo que denota la apatía y la desilusión que reina en el Municipal. Las dos victorias cosechadas ante el Santanyí y el Campos no sirvieron para atraer a más público, y probablemente la semana próxima, que se vuelve a jugar en casa, serán muchos menos. El vértigo de ver los puestos de promoción mucho más cerca acabó siendo un lastre que pagó el cuadro ibicenco con el empate. El partido tuvo dos caras bien distintas, en la que la primera el Eivissa realizó un buen partido, con entradas por bandas y oportunidades de gol, pero una segunda en la que el cuadro bermellón anduvo perdido e incluso entregó a su rival el dominio del cuero en los últimos 10 minutos.

El equipo ibicenco salió dispuesto a abrir el marcador cuanto antes y presionó muy bien a su rival, lo que propició robos de balón que permitían jugar tanto por la banda derecha con Roberto como por la izquierda con Daroca. En una de estas internadas, el extremo madrileño puso un centro medido que Juan remató de cabeza al palo, que fue el primero de los tres que dispuso el plantel local. Anteriormente, Agustín Felipe remató flojo, el balón quedó muerto, remató Edu Páez, y nuevamente su disparo se estrelló en el poste. Este mismo jugador tuvo una nueva ocasión antes del descanso en una bonita volea desde dentro del área, pero su intento se fue fuera.

En la segunda mitad, la decoración cambió y el Eivissa no tuvo tanta profundidad como en la primera. Aun así, nada más iniciarse este periodo, Agustín Felipe remató de cabeza un pase de Daroca, pero detuvo el meta Paco. La ocasión más clara del partido la dispuso Óscar Solanas, quien a los dos minutos de saltar al campo se marchó solo con el balón en sus pies y cuando lo más fácil era cruzar el balón, lo estrelló en el palo. Un minuto más tarde llegó la reacción del Playas con un chut de Agus, que disparó desde fuera del área al larguero. El cuadro mallorquín se sacudió el dominio y Nico se fue por velocidad de la zaga deportivista y en un mano a mano con Vicente, le estrelló el balón en su cuerpo. Desde esa ocasión hasta el final no pasó nada más que el tiempo.