Efe |BELGRADO
Aislarse del ambiente, convencidos de que son superiores a Serbia y Montenegro, ésa es la consigna de los jugadores españoles a su llegada a Belgrado, donde mañana jugarán el que se espera que sea el partido más decisivo de la fase de clasificación del Mundial de Alemania 2006. «El público no juega». Con ese lema, expresado por el central del Atlético Pablo Ibáñez», los internacionales españoles responden a los amenazantes presagios que reciben del exterior.

La selección española busca eludir la tensión a su llegada a Belgrado, que ayer le recibió con el cielo encapotado y una amenaza de lluvia que se concretó entrada la tarde. Por eso, si a los jugadores se le habla de «infierno» o «encerrona», ellos aluden a la «experiencia» o la «mayor calidad» del equipo español, si se les recuerda la «Batalla de Belgrado» (30 noviembre de 1977), aseguran no conocerlo más que «de oídas» y si se califica el partido de «decisivo», acotan que «importante», pero no la única vía de entrada en el Mundial. «No será decisivo, pero sí muy importante, porque si ganamos, luego tenemos tres partidos seguidos en casa y dependeremos de nosotros para clasificarnos», indicó el meta Iker Casillas.

Casillas afirma que la experiencia de los jugadores de la selección, pese a su juventud (25 años de promedio), permitirá que no le afecte la presión. «Todos los que estamos aquí, estamos acostumbrados a ambientes hostiles y complicados, incluso en algunos campos de España», señaló.