Los jugadores se abrazan tras conseguir el tercer tanto, que les garantizaba una segunda parte tranquila. Foto: M. TORRES
Pocas veces la Peña jugará un partido tan cómodo como el de ayer ante el Atlético Baleares. El rival, por tradición uno de los 'gallitos' de la categoría, pasó como un alma en pena por Santa Eulària y sólo la relajación de los locales en el segundo tiempo evitó una mayor goleada. El Baleares dio demasiadas facilidades en defensa, ofreció una imagen de equipo anárquico y sin rumbo en su juego y sólo disparó una vez entre los tres palos. Demasiado poco rival para una Peña que ha metido la directa y que con el paso de las jornadas se confirma como uno de los grandes candidatos al ascenso. Por lo pronto, vuelve a colocarse tercero. El partido no tuvo historia. Desde el primer minuto se vio que la Peña era claramente superior y que el único suspense del choque era saber cuántos goles le iban a caer al conjunto mallorquín. Para despejar cualquier duda, la Peña, que ya había avisado poco antes con en un disparo de Espadas, inauguró el marcador en el minuto nueve por mediación de Salazar. Doce minutos después fue el turno de Raúl, que cabeceó sin oposición al fondo de la red un saque de esquina botado por Borja. Los locales estaban jugando a placer y Espadas, en el 38, tras un buen balón a la contra de Maline, elevó el tercer tanto al marcador.
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