Chelsea 4
FC Barcelona 2

CHELSEA: Cech; Ferreira, Carvalho, Terry, Gallas; Cole, Makelele, Lampard, Duff; Kezman y Gudjohnsen.
Cambios: Huth por Duff, Johnson por Ferreira y Tiago por Gudjohnsen.

FC BARCELONA: Valdés, Belletti, Puyol, Oleguer, Van Bronckhorst; Deco, Gerard, Iniesta, Xavi; Ronaldinho y Etoo.
Cambios: Giuly por Belletti, Silvinho por Van Bronckhorst y Maxi López por Iniesta.

Arbitro: Pierluigi Collina (Italia). Amonestó a los locales Ferreira (m.26), Kezman (m.83) y a los visitantes Van Bronckhorst (m.29), Xavi (m.68).

Goles:

1-0: minuto 8: Gudjohnsen, al contragolpe.

2-0: minuto 14: Lampard recoge un rechace.

3-0: minuto 19: Duff, de tiro cruzado.

3-1: minuto 27: Ronaldinho, de penalti.

3-2: minuto 38: Ronaldinho, de fuerte disparo.

4-2: minuto 75: Terry, de cabeza.

Efe|LONDRES

Un polémico gol del defensa John Terry, un peligro anunciado, que cabeceó un saque de esquina y se encontró con la ayuda del portugués Ricardo Carvalho, quien obstaculizó a Víctor Valdés, dio al Chelsea la clasificación tras derrotar por 4-2 al Barcelona, que se quedó sin cuartos de final cuando parecía que había evitado la debacle de un desastroso comienzo y tenía todo a favor. En un gran partido, en el que el balón fue de área a área sin tregua, el Barcelona se fue Europa por no limitar sus errores, frente a un equipo que hace de la eficacia su seña de identidad. Probablemente, el Chelsea no haya sido mejor que el Barcelona en el conjunto de la eliminatoria, pero supo mantenerse siempre a flote, a la espera de un fallo de un rival al que no le bastó ni la magia de Ronaldinho.

Se esperaba, del brasileño, una actuación deslumbrante, que resurgiese en el momento preciso para acabar con las dudas, con los lamentos que acumuló el equipo tras la lesión del mexicano Rafael Márquez, y Ronaldinho no defraudó. Con todo perdido, cuando el conjunto de Frank Rijkaard resbalaba hacia el abismo, tras encajar tres goles en poco más de un cuarto de hora, Ronaldinho apareció para demostrar por qué fue elegido el mejor jugador del mundo, por qué aún se puede confiar en los jugadores distintos, capaces de cambiar el curso de un partido con una acción genial.

Porque, hasta que irrumpió el astro brasileño, el Barcelona sucumbió a la eficacia del Chelsea, a su claridad para leer el partido ante un equipo indeciso; sabedor de que debía llevar el peso del encuentro, pero temeroso de su debilidad defensiva. Sin Márquez, el Barcelona no tuvo filtro en el centro del campo y quedó expuesto, tras cada pérdida del balón, a una ocasión de gol que el Chelsea aprovechó favorecido por el nerviosismo de la zaga azulgrana. El islandés Eidur Gudjohnsen convirtió en gol la primera llegada del conjunto londinense, después de que el serbio Mateja Kezman aprovechase un resbalón de Xavi en el centro del campo para lanzar el contragolpe (m.8). Cinco minutos después, Frank Lampard recogió un flojo rechace de Víctor Valdés a un disparo de Joe Cole y encarriló la eliminatoria y, en pleno desconcierto azulgrana, el irlandés Damien Duff pareció sentenciar el pase a cuartos del conjunto del portugués José Mourinho (m.17). Entonces apareció Ronaldinho, que revolucionó el final del primer tiempo. Luego, apareció Terry y con su escorzo lo echó todo por tierra. El Barça estaba eliminado.