Juan Carlos Ferrero sufrió el destierro de la pista 18, mientras
que Rafael Nadal triunfó en la Margaret Court, una de las canchas
de lujo del Centro Nacional de Melbourne Park, pero ambos sellaron
con victoria su primer compromiso este año en el Open de
Australia.
Ferrero se impuso al desconocido holandés Melle van Gemerden,
260 del mundo, que había salido de la fase previa, por 2-6, 6-3,
6-4 y 6-4, entre ruido de móviles, murmullos e idas y venidas del
público que transitaba por una de las pistas más alejadas del
complejo.
Su condición de 31 favorito no dio para más y de jugar el pasado
año en las canchas más selectas y llegar hasta las semifinales
contra el suizo Roger Federer en la central, el valenciano ha
tenido que amoldarse al inconveniente de una pista alejada,
desprovista de la atmósfera que rodea a los mejores.
Lo mejor de Juan Carlos fue su tesón, sus ganas de lucha y su
deseo de volver. Y eso, sabiendo que se juega mucho esta semana,
pues de perder a las primeras de cambio se iría al puesto 70 del
mundo. Esa incertidumbre le hizo actuar de forma muy cerebral,
exento quizás de preciosismo y midiendo sus acciones al máximo.
Rafael Nadal ofreció una exhibición de juego contra el francés
Julien Bennetau (6-0, 6-4 y 6-2) vengándose de la derrota que el
francés le infligió en Lyon el pasado año (6-3 y 6-0). Nadal sólo
cometió 16 errores no forzados y pleno de concentración y con una
rapidez de piernas admirable se colocó en segunda ronda donde se
medirá contra el ruso Mijail Youznhy, 15º favorito del torneo.
El objetivo del manacorí es al menos igualar la tercera ronda
del 2004, donde perdió contra Lleyton Hewitt. Recuperado ya del
problema respiratorio que sufrió en Auckland, «Biturbo» Nadal, el
más joven ganador de la Copa Davis, señaló que aunque el cuadro que
le espera es difícil y complicado, ve esperanzas de llegar todavía
más arriba.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.