Nadal festeja su victoria frente junto a Jordi Arrese.

La Armada acaricía la que puede convertirse en la segunda Ensaladera de su historia después de la primera jornada de la final que le mide a Estados Unidos en Sevilla y ante las victorias de Carlos Moyà y Rafael Nadal. El primero ejerció de maestro ante Mardy Fish, y el segundo, el alumno más aventajado, siguió firmemente los pasos de su mentor con una victoria ante Andy Roddick que algunos dentro del equipo español, como Carlos Moyà, comienzan a pesar que es un golpe mortal en las aspiraciones estadounidenses.

Nadal consiguió la proeza ante Andy Roddick en un partido que se prolongó durante 3 horas y 38 minutos y donde la fe y la garra de Nadal terminó imponiéndose. No importó que el de Manacor sea el segundo tenista más joven en la historia de la Davis que disputa una final, por detrás de Boris Becker. Asumió el reto y ganó. No desanimó a Nadal el ceder el primer set en un desempate en donde llegó a contar con 5-1 a favor. Sabía que el partido sería una larga travesía. Había cedido una batalla, pero la guerra estaba todavía por decidir. El revés sirvió de acicate al alma irreductible del español. Una de las claves radicaba en prolongar el encuentro y los 71 minutos que se había prolongado esa primera manga tarde o temprano tenía que hacer mella en Roddick. El estadounidense no pudo frenar el aluvión que le llegó en el segundo set (6-2). Su servicio perdió efectividad ante el resto de un Nadal que no tenía miedo a la derrota. El partido era muy diferente al único precedente entre ambos tenistas, vivido esta temporada en el Open USA donde Roddick se hacía con la victoria en tres mangas. Moyà lo tuvo más fácil ante Fish, en el partido inaugural de la final. El mallorquín tuvo que emplear únicamente una hora y 57 minutos para doblegar al estadounidense, que apenas inquietó a su rival. Era el 1-0 y el primer paso hacia el título.

El equipo español volvió a recordar aquel que en 2000 levantaba la primera Ensaladera de su historia. Recuperó la magia que le acompañó en el Palau Sant Jordi y la ambición por la victoria, demostrando su potencial en tierra batida. Moyà puso la reflexión en la eliminatoria, Nadal el desparpajo. La apuesta del G-3 de dejar a Ferrero en el banquillo por el manacorí respondió a las expectativas. Entre otras cosas porque Nadal volvió a demostrar su hambre de victoria, esa que le está confirmando como el hombre de la Armada en la presente edición de la Copa Davis. El benjamín del grupo le dio el punto decisivo a España en la eliminatoria ante la República Checa, cuando se remontó un 2-1 en la última jornada, y repitió en Francia ante semifinales. Ahora le espera la consagración. Su primera oportunidad la tendrá hoy en el dobles junto con Robredo.

El tercer set decidió el encuentro. En el mismo había cifrado el equipo estadounidense y Roddick buena parte de sus opciones de conquistar esta Davis. Se decidió en el tie-break , pero en esta ocasión Nadal, que anteriormente había dejado escapar dos bolas de set, no falló. Después de esta manga, Roddick dijo adiós al encuentro. Su físico ya no aguantaba el ritmo al que le sometía Nadal. Su mente tampoco. Una derrota que es la tercera de Roddick después de 26 encuentros ante tenistas españolas.