A. Orfila / C. Montes de Oca
El domingo por la noche, después de que la grada de Son Moix arrojara chatarra sobre jugadores, técnico y palco con una pañolada histórica, el futuro de Benito Floro parecía sentenciado. Nadie daba un euro por la continuidad del entrenador asturiano en el banquillo del Real Mallorca. Hoy, cuarenta y ocho horas después del incendio, su destino queda a expensas de la reunión que celebrará el consejo de administración a partir de las cinco de la tarde. La cúpula de la SAD balear debatirá la delicada situación del equipo, en zona de descenso con los mismos puntos que el colista, y el futuro del técnico gijonés.

Durante la cita, los consejeros expondrán su punto de vista, analizarán las causas del presente y buscarán un remedio para taponar la crisis. El nombre de Benito Floro monopolizará una reunión que marcará el futuro de la entidad en este curso 2004-05.

El cónclave se antoja maratoniano por la división de opiniones que, a día de ayer, generaba entre algunos consejeros la continuidad del técnico.

Las conversaciones telefónicas marcaron el día después del empate más amargo de los últimos tiempos. Los consejeros decidieron conceder un margen para la reflexión y retrasar la reunión, prevista inicialmente para la jornada de ayer.