Los pilotos arriesgaron en cada curva de la subida a la Cala, como Juan M. Escandell en la imagen, en una prueba que recuperó el apoyo de los aficionados al motor en las Pitiüses. Foto: MARCO TORRES

El asalto final a la corona de laureles de la XX Pujada Illa d'Eivissa se saldó con la esperada victoria del canario Carlos Hernández pilotando un BMW 320 ST. Su principal rival, Raúl Borreguero, también con el mismo modelo de coche, no pudo superar el tiempo que realizó el campeón, que fue 2:19.283. Borreguero invirtió un tiempo de 2:20.487, que fue más rápido que el sábado, pero de nada le sirvió. Quién fue más lento que en la primera jornada fue el propio Hernández, que, con el campeonato de España casi en el bolsillo (le restan dos puntos a falta de una carrera) decidió tomar más precauciones y asegurar el liderato.

Al igual que ocurriese el primer día de carrera, Luis Flores, con un Peugeot 206 WRC, acabó en tercer lugar con un registro de 2:24.395.

En los entrenamientos fue Borreguero quien le ganó la partida a Hernández con un tiempo de 2:20.734, por 2:23.952 del canario, mientras que Flores realizó un peor tiempo que en la carrera 2:26.676.

Mención aparte tiene el papelón que realizó el piloto ibicenco Joaquín Fernández. El pitiuso tuvo que realizar los cuatro kilómetros del recorrido con la junta de culata de su Lancia Delta rota, que le provocó que se escapara agua por el cilindro. A pesar de todos estos inconvenientes, Fernández logró acabar la Pujada en séptimo lugar con una marca de 2:34.597. Este tiempo le dio la sexta posición en el campeonato de Baleares, que se lo adjudicó el mallorquín Sebastián Clar, con un Speed Car GT 10. Clar realizó un tiempo de 2:20.10.

Las espectaculares barquetas fueron, un año más, el atractivo de los seguidores del motor, y competían por separado, dejando un espacio de tiempo de dos minutos entre un coche de competición y ellos. Óscar Palacio, con un Speed Car GT 10 se adjudicó el título de la Pujada Illa d'Eivissa, con un tiempo de 2:14.211. Además, la victoria en Sant Vicent le permitió proclamarse campeón de España de esta modalidad.

Escasas centésimas separaron la segunda de la cuarta plaza. Finalmente, el subcampeón fue José María Guitart, también con el mismo modelo de coche y con un registro de 2:15.594, y tercero quedó Víctor Pardeiro, con un BRC CM-02, con una marca de 2:15.640. El campeón del sábado, Roberto Solís, finalizó la prueba en cuarto lugar, con un tiempo de 2:15.813.

La afluencia de público fue superior a la de la jornada anterior, por lo que alrededor de 8.000 espectadores se dieron cita en las cunetas de la carretera que une Sant Vicent con Sant Joan, por las 4.000 del día anterior.

El problema que se dio ayer fue la desinformación, ya que muchos aficionados pensaron que la prueba iba a durar más tiempo y llegaron cuando ésta ya había concluido. Asimismo, no hubo que lamentar ningún incidente ni de coches ni de público.